Una manada de cabras de Cachemira ha invadido un complejo costero galés después de que el bloqueo del coronavirus dejara las calles desiertas.
Los animales, que normalmente deambulan libremente por un promontorio cercano que se adentra en el Mar de Irlanda, ahora deambulan por las calles de la ciudad costera de Llandudno, donde han pasado los últimos tres días festejando con setos de jardín y flores.
Por su parte, Andrew Stuart, productor de video para Manchester Evening News, ha relatado las escapadas de los visitantes peludos en fotos y videos publicados en su Twitter.
«Yo, por mi parte, les doy la bienvenida a nuestros nuevos señores cabra», tuiteó Stuart, junto con una foto de primer plano de un visitante asomando la cabeza por un arbusto que estaba disfrutando para el almuerzo.
I, for one, welcome our new goat overlords pic.twitter.com/Fk5x6XaCLM
— Andrew Stuart (@AndrewStuart) March 30, 2020
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De acuerdo con la BBC, al igual que otros países afectados por la crisis mundial de coronavirus, el Reino Unido ha impuesto estrictas medidas de distanciamiento social, incluidos el cierre de tiendas y escuelas, y las autoridades están pidiendo a todos que se queden en sus hogares, excepto los viajes esenciales.
Con las calles de Llandudno anormalmente tranquilas, las cabras han sido libres de pasear por las calles sin ser molestadas.
Asimismo, la concejala Carol Marubbi dijo que las cabras normalmente no entraban a la ciudad a menos que el clima fuera horrible, pero en esta ocasión probablemente se dieron cuenta de que algo inusual estaba sucediendo porque había muy poca gente alrededor.
«Creo que probablemente se sientan un poco solos y han bajado para echar un vistazo», dijo a la BBC.
And they mean business this time #goats #llandudno pic.twitter.com/8PORNufdp2
— Andrew Stuart (@AndrewStuart) March 31, 2020
Las cabras de Cachemira han vivido en el promontorio de Great Orme cerca de Llandudno desde los días de la reina Victoria, cuando la especie se hizo popular en Gran Bretaña debido a la moda de los chales hechos de su suave lana de cachemira.
Marubbi dijo que el rebaño de unas 150 cabras, algunas de las cuales tenían hijos en febrero, eran una atracción local bien conocida y que a la mayoría de los residentes no les importaba que les cortaran los setos.
«Soy una gran fan», dijo. «Los amo porque son personajes».
