El Gobierno bonaerense subió a $5 millones la recompensa por datos sobre Jorge Julio López. En ese sentido, las autoridades incrementaron la suma de dinero destinada a quien pueda dar información certera que permita dar con el paradero del hombre desaparecido el 18 de septiembre de 2006.

El sobreviviente de la última dictadura militar, que actualmente tendría 92 años, fue visto por última vez aquel día cuando salía de su vivienda de Los Hornos, rumbo a la audiencia donde se iban a leer los alegatos en el juicio que se seguía al represor Miguel Etchecolatz, por delitos de lesa humanidad. El albañil y militante peronista sobrevivió al secuestro y torturas sufridas en excentros clandestinos de detención del denominado «Circuito Camps» y fue testigo fundamental en los juicios condenatorios al comisario de la Policía de la provincia de Buenos Aires.

De esta manera, el Ministerio de Seguridad bonaerense precisó que la persona que tenga información sobre el paradero de López deberá llamar al 0221-4293091 o comunicarse con la Fiscalía que interviene en la causa y «mencionar la recompensa», mientras que el Gobierno garantizará la reserva de identidad y confidencialidad. En el marco de su búsqueda, la Unidad Fiscal que interviene en los procesos por delitos de Lesa Humanidad continúa con la tarea de entrecruzar 10 millones de registros telefónicos en busca de pistas sobre el hombre y relevar la información existente sobre 66 tumbas NN en el Cementerio de La Plata. Según detalló una fuente de la Unidad Fiscal que interviene en los procesos por Delitos de Lesa Humanidad «la causa tiene movimientos permanentes con dos líneas de trabajo».

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«Se sigue trabajando de modo constante con el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), particularmente en el relevamiento de información sobre los 66 NN enterrados en el cementerio de La Plata», detalló y agregó que esa línea de la pesquisa es la que «tiene que ver con la posibilidad de localizar el cuerpo de López entre restos inhumados sin identificación», se explicó. Se trata de los cuerpos NN ingresados a la necrópolis platense a partir del año 2006 y que figuran como NN.

La segunda línea «es el estudio de una base de datos telefónicos que se logró reconstruir con la DATIP, que tiene como finalidad establecer parámetros para la identificación de sospechosos». Son 10 millones de registros telefónicos que arrojaron las antenas telefónicas cercanas al domicilio de López e incluyen llamadas y mensajes.

«En esta segunda línea hemos descartado pistas que surgieron en base a los nombres de titulares de líneas telefónicas que se correspondían con personal de centros clandestinos de detención. Es decir, había líneas activas de presuntos represores en el horario crítico en cercanías del domicilio de López (por los datos de las antenas), a los cuales investigamos y descartamos, pues no se trataba de represores sino de homónimos», confió la fuente. Aceptó que si bien, no se puede hablar de «avances» sí se puede afirmar que hubo «dificultades que se fueron salvando en estas tareas».

«Por ejemplo, en cuanto a los NN se complicó la localización de información relacionada a los cuerpos inhumados sin identificación en el registro provincial de las personas. Esto ha insumido mucho trabajo a los profesionales del Sifebu, que han estado relevando información en las oficinas correspondientes», explicó.

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El albañil Jorge Julio López desapareció el 18 de septiembre de 2006, cuando estaba previsto que se presentara en el Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata para escuchar los alegatos del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz, donde él había testificado a fines de junio de ese año, en uno de los testimonios más relevantes para lograr condenar al exjefe policial. López pudo identificar al represor como quien participó del operativo en el que fue secuestrado a fines de octubre de 1976 y como uno de los que les aplicaba torturas a él y a otros detenidos en el centro clandestino de Arana.

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