Francisca (usamos un nombre ficticio) es mamá de dos nenes de 7 y 13 años. Su hijo mayor de altas capacidades fue evaluado a los 6 años para conocer si tenía un IQ por encima de la media.

“Ya a los 2 años empecé a notar que mi hijo aprendía más rápido que los nenes y nenas que tenía a su alrededor. A los 4 años comenzó a hacer preguntas para poder leer. Decía: ‘esta letra y esta letra, ¿qué ruido hacen?’, y así fue aprendiendo”, recuerda.

“Hasta que me llamó la maestra del jardín para pedirme ‘que le deje de enseñar’. Yo traté de explicarle que no le enseñaba, sino que él aprendía, que no es lo mismo. Finalmente me pidió que tratara de esconderle libros en cursiva para que al menos tuviera algo que aprender en primer grado”, relata.

Francisca dice que consultó con vergüenza al pediatra porque intuía que el niño era muy inteligente. Una psicóloga lo evaluó y después de cinco sesiones se confirmó que tenía Altas Capacidades Intelectuales (ACI).

“Recuerdo muy bien la devolución de la psicóloga que nos recomendó que nos enfoquemos en los aspectos sociales, porque iba a poder aprender lo que él tuviera ganas, pero que le diéramos herramientas para que en lo social también pudiera desarrollarse”, cuenta.

Con el informe médico y psicológico en mano, la mamá concurrió al colegio para compartir la información con los directivos. “Aún me acuerdo sentada frente a la vicedirectora con su gran e imponente escritorio de roble con su ceño fruncido y cara de circunstancia que me decía para qué se lo estábamos contando y qué esperábamos que hicieran con eso. Y, como si eso no hubiera sido lo suficientemente desalentador, agregó: ‘Quizá esta no es la institución escolar correcta para tu hijo’”.

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Los niños "superdotados" pueden sufrir desatención y bullying. Ph:@pinterest / Ferrocons
Los niños «superdotados» pueden sufrir desatención y bullying. Ph:@pinterest / Ferrocons

Lo que siguió, narra Francisca, “fue lo esperado o al menos lo normal en estos casos”: malas notas por molestar a sus compañeros por terminar antes las actividades, desafiar las imposiciones o los actos “injustos”, no seguir las reglas impuestas porque carecían de sentido para él, aburrirse en clase.

La mamá explica que lograron sobrevivir “a pesar del sistema educativo” explicándole al niño que había que cumplir con los años de escolaridad, que entendían su frustración, pero que era un paso obligatorio para seguir el camino que él eligiera.

“Es triste, pero ya no espero nada más para mi hijo del sistema educativo que un certificado para que él pueda seguir desarrollándose hacia donde elija. Lamentablemente a nosotros como madres y padres de chicos con ACI el sistema nos dejó solos con este gran y hermoso desafío de enseñarles a usar todo su potencial, sin que dejen de ser niños”, concluye.

Detección temprana y evaluación gratuita en la UNC

“Argentina es un país que no cuenta con leyes que regulen específicamente la educación de dotados. Tampoco existen o son extremadamente escasos los recursos materiales y humanos asignados para tales fines. En mi caso, me encontré con la educación de dotados casi por casualidad. No había escuchado de ello en toda mi formación como psicóloga”, explica Paula Irueste, impulsora hace siete años del Servicio de Neuropsicología para la detección temprana de talento, superdotación y problemas de conducta o aprendizaje de la Facultad de Psicología, en la UNC.

Irueste es investigadora, psicóloga, delegada argentina en el World Counsil for Gifted and Talented Children y en la Red Europea de Apoyo al Talento. “En una estancia doctoral en la Universidad de Murcia detecté que los instrumentos que se utilizaban en Argentina tenían bajo techo para realizar procesos de identificación eficaces. Luego, en la Universidad de Connecticut comprendí que tanto la identificación como los programas que se desarrollaran a posteriori debían ir dirigidos a todos los niños y niñas con el fin de encontrar la mejor vía de desarrollo de sus potencialidades”, dice.

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La creación del servicio comenzó, en un primer momento, con el área de identificación y luego fue creciendo. “Siempre estuvimos en estrecha relación con instituciones educativas; de hecho, uno de los objetivos del servicio consiste en brindar asesoramiento gratuito sobre el tema a toda institución educativa que lo necesite”, apunta.

Destinatarios. El objetivo es brindar asesoramiento y orientación sin costo a padres, docentes y escuelas en la detección temprana tanto de problemas de conducta y aprendizaje como de altas capacidades. Realizan evaluaciones de 4 a 10 años. No se realiza diagnóstico de problemáticas ni tratamientos. Se hacen talleres de inteligencia emocional y creatividad para niños y niñas, cursos de extensión y posgrado para la comunidad.

Información y turnos: snpinfantil@gmail.com

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