Representados por el penalista Carlos Nayi, familiares del taxista Javier Jesús Bocalón, asesinado el 13 de diciembre pasado por Roberto José Carmona (60), pidieron a la Justicia provincial que se investigara a la jueza de Ejecución N° 2 de Chaco, Ligia Alejandra Duca, quien autorizó el traslado del múltiple asesino a Córdoba.
La solicitud fue recibida por el fiscal de Instrucción cordobés Horacio Vázquez, quien entiende en la causa que analiza la evasión, el homicidio y otros delitos cometidos por Carmona cuando se escapó de los guardiacárceles chaqueños que lo custodiaban durante su visita a su pareja, Ángela Etudiez.
Todo ocurrió en la tarde del martes 13 de diciembre de 2020, cuando estaba comenzando la semifinal de la Copa del Mundo de Fútbol entre Argentina y Croacia, en el Mundial de Qatar.
El asesino de Gabriela Ceppi y de otros dos reclusos en las cárceles de barrio San Martín (Córdoba) y de Resistencia (Chaco) burló a los penitenciarios de aquella provincia en barrio Las Violetas y, tras recibir ayuda de unos motociclistas a quienes engañó, luego abordó el taxi de Bocalón.
Pocos metros más adelante, lo mató de dos puñaladas en el cuello.
El fiscal Vázquez recibió la petición a nombre del padre del trabajador del volante, Raúl Antonio Bocalón, y le dio trámite “incidental al planteo de incompetencia territorial”. Es sabido que la jueza chaqueña no puede ser investigada por la Justicia de Córdoba.
Pero, luego, ese trámite de Vázquez prosiguió en el Juzgado de Control y Faltas N° 9 de Córdoba, a cargo de la magistrada María Celeste Ferreyra, quien declaró “la incompetencia territorial de la Justicia de la provincia de Córdoba para entender en la investigación” y decidió “remitir las presentes actuaciones al Juzgado Correccional en turno de la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco”.
Por otra parte, más allá del carril que tomen estas actuaciones, Nayi anticipó a La Voz que, junto con los familiares de Javier Bocalón, se presentará en las próximas semanas ante la Legislatura del Chaco para pedir que inicien el trámite de jury a la magistrada de Resistencia que el 1° de diciembre había autorizado el viaje de Carmona a Córdoba. En ese palacio de las leyes funciona, como en Córdoba, el Jurado de Enjuiciamiento, que analiza eventuales destituciones de magistrados para permitir que sean investigados o juzgados.
En la semana que pasó, se conoció que Carmona, que está alojado en el Establecimiento Penitenciario N° 2 de Cruz del Eje, fue trasladado unas horas al hospital Aurelio Crespo para tratarse una afección bronquial. El traslado fue realizdo con policías y personal del Servicio Penitenciario de Córdoba.
Cuestionan preventiva
La misma jueza de Control Celeste Ferreyra tiene en su despacho otro trámite para resolver: la oposición a la prisión preventiva que le presentó la defensa de los guardiacárceles a la medida dispuesta por el fiscal Vázquez.
El autor de ese recurso es el abogado Jerónimo Argañaraz, quien discute que esos seis penitenciarios imputados por Vázquez por favorecimiento a la evasión, de carácter doloso, hayan tenido la intención de que Carmona se escapara. Ellos son: Jorge Antonio Sánchez, Líber Omar Salinas, David Rubén Bravo, Juan José Penayo, Leandro Omar González y Walter Gustavo Gómez.
Por el contrario, para Argañaraz, se trata de una conducta omisiva, una negligencia, un descuido. Sostiene el defensor que en la casa de la pareja de Carmona había una puerta que desconocían que estaba habilitada y que el múltiple asesino abrió con una llave que obtuvo por su cuenta.
Además, sostiene que hay muchos “indicios culposos”, como el inmediato llamado al 911 y otras acciones inmediatas para recapturarlo. Añade Argañaraz que es necesario demostrar constancias del facilitamiento a la evasión.
La misma figura pesa sobre la pareja de Carmona, “Angelita” Etudiez. Pero ella fue beneficiada con una prisión domiciliaria por su edad y por su estado de salud precario.
Argañaraz sostiene que, si se comprueba que sus defendidos tuvieron un descuido y no la intención de que Carmona se escapara, deberían seguir el proceso en libertad. Por eso, pide el cambio de calificación legal del delito que se les imputa.
Homenaje a domicilio
Más allá de todo lo que los moviliza y los lleva a estas acciones judiciales, los Bocalón siguen llorando a Javier. Pero también cosechan algunos gestos e iniciativas que hablan de quién era el taxista para la gente que lo rodeaba.
Un día, amanecieron y vieron que en la plazoleta que está frente a su casa, en la esquina de calle García Martínez y avenida Don Bosco, algunos amigos de Javier estaban realizando un mural.
Algunas frases escogidas de quienes lo recuerdan con cariño y una imagen de su figura juvenil, cuando tenía el cabello largo, sorprenden a todos los que transitan por ese espacio verde. Desde los autos, en esa esquina semaforizada, muchos se paran a apreciar esa muestra de arte callejero.
La ejecución es del muralista y letrista Fabián Villarroel, quien pintó la imagen y coordinó las leyendas que los amigos aportaron.
Uno de ellos es Gastón, íntimo amigo de Javier y de la familia. Él recuerda la “energía linda y hermosa que tenía”. “Yo lo veo desde mi lugar… paso y me siento un rato con él y charlamos”. Emocionado, dice lo que muchos repiten del amigo: “Muy, muy buena persona, con todo el barrio”.
El papá de Javier, Raúl Bocalón llega al lugar donde están inaugurando el mural, se entrevista con los amigos, les agradece y comienza a hablar, entre lágrimas: “Es algo muy emotivo, porque han sido los amigos de toda la vida (los que hicieron el mural)”.
Sobre la iniciativa de los que lo querían a Javier y le tenían preparada una sorpresa, el jubilado dice: “Yo no sabía nada. Me dijeron cómo lo iban a hacer”.
El papá, que viene luchando y también sufriendo desde aquella muerte absurda que ya cumplió tres meses, dice: “Es doloroso pasar y verlo… pero, a la vez, te llena de orgullo saber que era buen tipo y que lo querían mucho”.
Sobre la ridícula idea de pensar en el crimen, Bocalón padre pronuncia una frase: “Nos tocó, nos tocó y lo tenemos que bancar”.
Y, enseguida, vuelve a la figura de su hijo, representada en una imagen: “Pinta de cuerpo entero qué clase de persona era”.
Sin querer, se mete de nuevo en el dolor y lamenta: “Nadie merece morir de la forma en que murió. No me puedo sacar de la cabeza cómo fueron los últimos minutos dentro del auto”.
