El caso de la esposa de «Bebe» Contepomi volvió a poner bajo la mira los robos callejeros en el AMBA. Diciembre es «un mes delictivo» por las fiestas.

Luego de que la esposa del conductor José «Bebe» Contepomi fuese asaltada por dos delincuentes, quienes la interceptaron cuando llegaba a un domicilio en el partido bonaerense de San Isidro para robarle su camioneta, trascendió que, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), se cometen 1.900 robos callejeros al día.

El dato, dado a conocer a Diario Popular por fuentes judiciales, dio cuenta sobre la preocupante ola de robos callejeros que los vecinos del AMBA sufren todos los días.

AMBA: 72 robos callejeros por hora

Se trata de 79 robos callejeros por hora, dato que, según el licenciado en Seguridad Pública, Luis Vicat, es «acertado» y se da como resultado de las «cifras blancas y negras del delito».

Es que el caso de la esposa de Contepomi volvió a poner bajo la mira los robos callejeros en el AMBA. Cabe rememorar que, días atrás, la mujer fue asaltada mientras esperaba para ingresar por el portón eléctrico a una casa sobre la calle Carlos Tejedor al 800, del mencionado partido.

Allí, un Peugeot 308 blanco se acercó a toda velocidad y se detuvo detrás de la camioneta. En ese momento, dos delincuentes armados descendieron del vehículo, abordaron a la mujer y la obligaron a bajarse de la camioneta a punta de pistola. Acto seguido, los malvivientes huyeron con el automóvil en su poder.

«Vos tenés dos formas o dos tipos de modus operandi para este tipo de delitos. Uno es el sistema estático, que se denomina la emboscada, en el que el delincuente obliga, mediante la colocación de algún objeto, a detener el auto y el malviviente aprovecha para robar. Un ejemplo es cuando uno espera que se levante la barrera. Y luego está la dinámica, es decir, la ‘encerrona’, lo que se traduce cuando, por ejemplo, te cruzan con un auto para robarte«, explicó Vicat. «A veces hay una combinación de ambos factores y lo que comienza con una encerrona, termina como una emboscada. Si esto se produce, en el momento del estacionamiento o de ingreso a una propiedad, el delito tiene un final incierto«, concluyó.

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«El Estado no ha sabido estar a la altura del problema. Acá no hubo una política de estado respecto a la seguridad urbana. Hubo experimentos con elementos de seguridad, como el uso de las taser, mientras la gente sigue muriendo y cada vez aparecen más brotes de reacción social, como los linchamientos«, indicó al tiempo que agregó: «Es necesaria más inteligencia criminal preventiva, en vez de más patrulleros, aunque es una tarea titánica y compleja«.

Hechos cada vez más violentos

Asimismo, sobre la fuerte violencia presente en estos episodios delictivos, Vicat precisó que es menester resaltar «la ‘violentización’ del hecho delictivo, es decir, la bajada latinoamericana del hecho, en el que se mata para robar«.

«Esto es una corriente, por así decirlo, que se impuso primero en Brasil, donde te matan en los semáforos para robarte. También es muy común el no reconocimiento de los autores«, añadió.

Por otro lado, el licenciado en Seguridad Pública hizo hincapié en la existencia de una «cultura del temor, en el que la gente es cada vez más víctima, es decir, más cooperativa a la hora de ser asaltada«.

«El golpe, eventualmente un disparo en una pierna, en muchos casos, incluso sin resistencia, se está imponiendo y por ahora no vemos señales ni síntomas de que esto vaya a cambiar«, lamentó.

Finalmente, Vicat manifestó que «diciembre es un mes delictivo, porque vienen las fiestas y estos tipos de delitos aumentan». y agregó: « unido a esto hay un horizonte oscuro de una posible cuarentena, como en marzo del 2020. Esto los delincuentes lo saben y perciben, así como perciben la imposibilidad del Estado de enfrentarlos«.

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