En otra demostración de la concepción que Juntos por el Cambio tiene de lo público, el vicepresidente de RTA Emilio Lafferriere hizo un acuerdo ruinoso con la firma Audi. No solo por las cocheras, sino también prestando tareas de seguridad.

La TV pública no está en venta, pero sí en alquiler. Y a precio de ganga. En una muestra más del desprecio de la gestión de Juntos por el Cambio por los medios públicos, hace semanas las autoridades de Radio y Televisión Argentina S. E. (RTA) alquilaron el estacionamiento del edificio de Figueroa Alcorta y Tagle para que los invitados a un exclusivo evento privado que se realizó fuera del canal pudieran dejar sus autos. Según la información, el 27 de septiembre pasado la TV Pública alquiló 35 espacios de la cochera del histórico edificio de Avenida Figueroa Alcorta 2975 para que los invitados VIP a la inauguración del flamante “Audi Lounge Reloaded”, un selecto espacio gastronómico y social de uso exclusivo de los clientes de la prestigiosa marca alemana, pudieran dejar sus autos importados y disfrutar de la lujosa recepción. Lo insólito es que por esas 35 cocheras los organizadores del evento le abonaron a RTA sólo 14 mil pesos más IVA, por debajo del precio de mercado. El Estado al servicio del privado, en su más cruel expresión.

El desmanejo en los medios públicos no se detiene. Al ajuste implementado a sus trabajadores y los contratos millonarios a productoras cercanas que cada vez tienen más ciclos en pantalla, ahora se le sumó una decisión escandalosa: la disposición de un inmueble estatal para el usufructo de un privado que, encima, nada tiene que ver con la producción audiovisual. La inauguración del nuevo espacio social de Audi, en la mítica esquina en la que funcionó Rond Point, el restaurante ícono del poder y el lobby de Argentina durante cuatro décadas, bastó para que la TV Pública se convirtiera en playa de estacionamiento al servicio de la marca automotriz alemana. De ser uno de los mayores estudios de televisión, el edificio de Figueroa Alcorta terminó alquilándose como estacionamiento para un evento VIP. Toda una imagen de la política comunicacional de Juntos por el Cambio en los medios públicos.

El contrato de alquiler de las cocheras fue firmado por el vicepresidente de RTA SE, Emilio Lafferriere, y por Matías Kaplan, en su carácter de socio gerente de Polenta SRL, una empresa dedicada a la producción de eventos y que, entre otras cosas, organizó -junto al Grupo Clarín y R2 SA- el Súper TC 2000 callejero en la Ciudad bajo la gestión de Mauricio Macri. Entre los socios de Polenta SRL figura Luciano Offenhenden, que a su vez es dueño -junto a Andrea Fried- de Complemental SRL, una empresa creada en agosto de 2015 y que a un año de su inscripción -y sin siquiera contar con página web ni Facebook- ganó un contrato por más de 10 millones de pesos con el gobierno de la Ciudad para la realización del “Campeonato Federal del Asado”, en 2016.

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Según el contrato de locación, el locador (RTA) da en locación al locatario (Polenta) “treinta y cinco (35) cocheras con frente a la Avenida Figueroa Alcorta nº 2975”. En su apartado segundo, el contrato suscripto por Lafferriere y Kaplan estipula que “el locatario destinará las cocheras objeto de la presente locación únicamente para el estacionamiento de los autos que indique previamente al locador y que serán individualizados en un listado que entregará con anterioridad al locador indicado el modelo, marca, dominio y póliza de seguro vigente”. En ese punto se deja constancia que el acuerdo firmado no es sólo por el espacio físico de esas 35 cocheras, sino que la TV Pública también presta su personal de seguridad, que esa noche tuvo una tarea ajena a las que le corresponden por el funcionamiento del canal estatal, ya que -se deja constancia- todos los datos de los autos que ingresen al edificio “serán corroborados por personal de seguridad del locador”.

Si el alquiler como estacionamiento del histórico edificio de la TV Pública no fuera escandaloso de por sí, mucho más resulta cuando se analiza el valor en el que fueron alquiladas esas cocheras en pleno Barrio Parque, una de las zonas más caras y selectas de la Ciudad de Buenos Aires. “El plazo de la locación -detalla la cláusula tercera- es improrrogable y se estipula a partir de las 19:00 horas del día 27 de septiembre de 2019 hasta las 00:00 horas del día 28 de septiembre de 2019”. Lo llamativo es que el alquiler durante esa noche de las 35 cocheras se pactó “en la suma única y total en pesos catorce mil ($14.000,00-) más IVA”.

No hay que estar demasiado familiarizado con el mundo automotor para entender que esos 14 mil pesos pagados como contraprestación del alquiler de las 35 cocheras en Barrio Parque no representan un gran negocio para RTA, y sí para los organizadores de la inauguración. En primer lugar, porque no parecería tratarse de un ingreso económico importante para las arcas del canal público, capaz de justificar el alquiler de sus cocheras a una empresa privada que nada tiene que ver con la industria audiovisual. Lejos está ese importe de pensarse como una forma virtuosa de financiar RTA, la sociedad del estado de la que depende la TV Pública y Radio Nacional, cuyo déficit operativo para este año será de $ 3.860.773.784, según fue aprobado por el Ministerio de Hacienda en la resolución 672/2019.

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Tampoco se puede hablar de un alquiler virtuoso, beneficioso para el canal. Al desagregar esos 14 mil pesos en función de las 35 cocheras y las horas alquiladas, el resultado da que Polenta SRL pagó la hora de estacionamiento para sus invitados tan solo 80 pesos, una tarifa que está por debajo del valor de mercado en la Ciudad de Buenos Aires y que resulta irrisoria para la zona en que se emplaza el edificio de la TV Pública. Aún asumiendo una visión netamente economicista, no quedan dudas de que el negocio inmobiliario lo hizo el locatario y no RTA. Basta un dato: el valor del auto más económico de la compañía automotriz alemana, el A1 30 TFSi, es de 33.500 dólares, que redondeando un dólar a 60 pesos da una cifra cercana a los 2 millones de pesos. Por la venta de sólo un auto del vehículo más barato de Audi. Al Estado le pagaron 14 mil pesos, poco más de 230 dólares.

Eso sí: el apartado quinto del contrato de alquiler se aclara que “el pago será abonado en el domicilio del locador previo a la fecha del evento”.

La utilización de esas cocheras VIP pero low cost es inequívoca: el mismo día en que se rentaron se inauguró el “Audi Lounge Reloaded”, en la icónica esquina de Buenos Aires. “Chau Rond Point, hola Audi Lounge: así es la nueva Torre de los Anillos en Buenos Aires”, tituló al día siguiente autoblog.com.ar, el sitio especializado en autos, su cobertura sobre la reinauguración del exclusivo espacio. “Después de un año de permanecer cerrada por obras, anoche reabrió la renovada Torre de los Anillos en Buenos Aires. Se trata del emblemático edificio de la esquina de Figueroa Alcorta y Tagle, en la puerta de Barrio Parque”, subrayó el artículo.

“La Planta Baja del nuevo Audi Lounge será abierta al público», detalla. «Habrá una exhibición permanente de vehículos nuevos e históricos de la marca. En la inauguración de anoche se exhibían el modelo más chico de la gama (nuevo A1) y el más grande (nuevo A8). El Primer Piso conservará la modalidad habitual del Audi Lounge: un centro de reunión para clientes de la marca de los Anillos. Habrá servicio de gastronomía y se podrán reservar mesas para reuniones. El Segundo Piso será el más exclusivo. Allí se realizarán encuentros periódicos para agasajar a los clientes de la marca, con charlas, debates, exposiciones y degustaciones gastronómicas. También habrá una sala de reuniones privada, con sistema de teleconferencia.”

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Los invitados habrán podido disfrutar de las pantallas interactivas que el Audi Lounge tiene diseminadas en las tres plantas del renovado espacio, además de haber conocido las cocheras de la TV Pública. Un edificio que pudo sortear su venta, pero que no pudo escapar a otro negocio inmobiliario: el del alquiler de sus instalaciones a precio de remate para el uso privado.

«Se alquila», un cartel que se repite

El uso de los inmuebles del Estado como si fueran propios no es nuevo en el gobierno cambiemita. El alquiler de la cochera de la TV Pública como estacionamiento privado no es más que la continuidad de una concepción que los funcionarios del actual gobierno tienen sobre lo público. En el ámbito cultural sobran los ejemplos. El 2 de mayo de 2010, por ejemplo, la administración de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires le alquiló el Teatro General San Martín al empresario Andrés von Buch, para que festejara su cumpleaños número 65 en las tres salas del complejo, a cambio de 80 mil dólares. El mismísimo Teatro Colón también fue objeto de la renta, en reiteradas oportunidades. La más insólita fue cuando, el 25 de agosto de 2013, el gobierno de la Ciudad cedió la sala principal del edificio para el festejo del Día del Peluquero. No fue la única vez: también es recordada la presentación de Marky Ramone, desfile de modelos y barra libre incluída, en el Centro de Expermientación del Teatro Colón, el 15 de octubre de 2018, con motivo de la presentación de un nuevo modelo de zapatillas Converse. El Palacio San Martín y la Usina del Arte tampoco quedaron exentos del alquiler de sus instalaciones para eventos privados.

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