Miles de trabajadores británicos, incluyendo profesores, empleados del sector público, médicos, conductores del subte de Londres y periodistas de la BBC, iniciaron este miércoles una huelga en reclamo de mejoras salariales. Los trabajadores exigen un aumento para compensar la suba de precios de los bienes y servicios, los alimentos y la energía después de que sus ingresos quedaran muy retrasados respecto a la inflación, que superó el 10,5 por ciento anual, la tasa más alta en cuatro décadas. En coincidencia con la jornada de protesta, el gobierno británico anunció que invertirá 94 mil millones de libras (unos 113 mil millones de dólares) en dos años para apuntalar el poder adquisitivo.

«Aumento salarial justo»

Más de diez mil miembros del gremio RMT, que nuclea empleados de los sectores marítimos y del transporte, realizaron piquetes en las principales estaciones del metro de la capital inglesa, lo que impidió el funcionamiento del servicio. Los líderes sindicales aseguraron que no tolerarán nuevos «ataques» a las pensiones, las condiciones laborales y la pérdida de empleos, y que seguirán la medida de fuerza durante el tiempo que sea necesario.

El secretario general de RMT, Mick Lynch, felicitó a todos los miembros del subte de Londres que están participando en la huelga: «Esto demuestra cuán decididos estamos a llegar a un acuerdo negociado para esta disputa de larga data». En un comunicado, Lynch advirtió: «No se tolerarán los ataques a las pensiones, las condiciones  laborales y la pérdida de empleos y el público debe comprender que las estaciones sin personal y con personal insuficiente son inseguras».

Mientras tanto el sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS) advirtió que si el gobierno no mejora los salarios de los trabajadores del sector público, las huelgas podrían durar hasta el final del año. El líder del gremio, Mark Serwotka, instó al ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, a que otorgue «un aumento salarial justo».

El Sindicato Nacional de Periodistas, los médicos residentes de la Asociación Médica Británica (BMA), y el gremio Prospect, que reúne científicos, ingenieros y expertos en tecnología, también se sumaron a la protesta exigiendo una mejora en las condiciones laborales.

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El secretario general de Prospect, Mike Clancy, afirmó que los trabajadores del sector público sufrieron una disminución en los ingresos de hasta un 26 por ciento en los últimos 13 años. También señaló que el gobierno no hizo ninguna una oferta significativa para los trabajadores del sector.

El martes miles de médicos residentes en Inglaterra iniciaron una huelga de tres días, en lo que es la medida de fuerza más grande en la historia del sistema público de salud. La Asociación Médica Británica (BMA) pide un incremento de haberes del 35 por ciento, una cifra que, dice, tiene «perfecto sentido» debido a los recortes salariales del 26 por ciento desde 2008 y teniendo en cuenta la inflación en el Reino Unido, que superó el diez por ciento anual.

Los miembros de la BMA hicieron un llamamiento al gobierno para que reconsidere sus demandas y ofrezca «una compensación justa» a todos los médicos residentes que son más del 40 por ciento de la fuerza laboral del sector. Los docentes del Sindicato Nacional de Educación (NEU) también iniciaron la medida de fuerza y continuarán este jueves. El Departamento de Educación pidió «conversaciones formales sobre salarios, condiciones y reforma», pero solo si el sindicato cancelaba la medida.

El gobierno presentó el nuevo presupuesto

Con el objetivo de evitar una recesión en 2023 el ministro británico de Economía, Jeremy Hunt, desplegó este miércoles ante el Parlamento un presupuesto con medidas para estimular el mercado laboral, golpeado por la pandemia, y la inversión empresarial, estancada desde el referéndum del Brexit. La economía británica se contraerá un 0,2 por ciento este año debido a la debilidad de la actividad en el primer trimestre, precisó Hunt basándose en las nuevas proyecciones del OBR, el organismo público de previsión fiscal.

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«A pesar de los enormes retos que afrontamos, hoy puedo hablar de una economía que ha demostrado a aquellos que expresaban dudas que estaban equivocados», dijo ante el Parlamento Hunt, quien remarcó su objetivo de hacer del Reino Unido «uno de los países más prósperos del mundo».

El OBR había estimado en noviembre que la economía británica sufriría este año una contracción del 1,4 por ciento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) también estimó en enero que Reino Unido sería este año la única gran economía en conocer una recesión, con una contracción prevista del PBI del 0,6 por ciento.

En respuesta a la presión de la inflación que está por encima del diez por ciento, el gobierno anunció este miércoles que prolonga por tres meses un tope a los precios de la energía para los hogares. «Frente a la crisis del costo de la vida hemos demostrado nuestros valores al proteger a las familias en dificultades», dijo Hunt en un discurso en el que destacó las ayudas energéticas y también los subsidios a las guarderías en un país que tiene uno de los sistemas «más caros del mundo».

El gobierno piensa implementar incentivos fiscales para la creación de guarderías y aumentar las plazas. «Para muchas mujeres, una pausa en su carrera implica un final de su carrera», admitió el ministro británico.

Desde la oposición el líder laborista, Keir Starmer, sostuvo en cambio que la economía británica necesita «cirugía mayor» después de trece años de gobiernos conservadores y tachó el presupuesto de una «venda» insuficiente para revertir la «senda de declive» que sigue el país.

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