Los vencimientos de deuda hasta fin de año totalizan USD 66.760 millones, de los que el 30,4% se concentran sólo en abril y agosto, aunque casi la mitad del total es con entidades del sector público, precisa un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

El informe se conoce días después de la exposición en el Congreso del ministro de Economía, Martín Guzmán, objetada por diferentes consultoras por el “poco compromiso” en materia de reducción del déficit fiscal, lo que genera dudas sobre cuáles serán los recursos para afrontar los vencimientos de 2020 y años posteriores, de cara a la próxima presentación de propuesta de restructuración.

El equipo económico está mostrando muy poco compromiso con el restablecimiento del equilibrio fiscal y posterior superávit primario”, sostuvo al respecto Invecq, que cuestionó que “aun en el escenario ‘más arriesgado’” de los tres que presentó Guzmán en su exposición en Diputados “la velocidad del ajuste en relación al período 2016-2019 es significativamente menor”.

En ese sentido, a un mes de la fecha establecida para presentar la propuesta oficial, la consultora dirigida por Esteban Domecq se preguntó: “¿Cómo se les explica a los acreedores que el mismo país que llevó a cabo un recorte del déficit primario de 4 puntos en del PBI en los últimos tres años ahora necesitará tres años más para tan solo recortarlo en 0,4 puntos del PBI?”

Por su parte, Quantum Finanzas consideró que “analizando otras experiencias de reestructuración de la deuda, se observa que la velocidad del aumento del superávit primario presentada por el ministro es relativamente baja” y en alusión a la “solución uruguaya” esgrimida por el presidente Alberto Fernández antes de asumir, precisó que el país vecino “pasó de un déficit primario de 0,9% del PBI a un superávit de 3,5% del PBI entre 2001 y 2006”.

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Quantum es dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, que a su vez tuvo una breve participación en el inicio del actual gobierno en el Consejo Asesor de la Deuda, que finalmente no fue formalizado.

Del total de USD 66.760 millones de compromisos previstos para lo que resta del año, la deuda con acreedores privados y los organismos internacionales es de USD 34.463 millones.

Dentro de ese monto aproximadamente USD 23.900 millones son letras y bonos emitidos con legislación argentina y unos USD 3.500 millones corresponden a bonos de legislación extranjera, repartiéndose los USD 7.063 millones restantes entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros entes bilaterales y multilaterales.

Según la OPC, el 57% del total de los vencimientos para lo que queda de 2020 está denominado en pesos, pero en proporciones diferentes si se discrimina la deuda entre los compromisos con acreedores privados y organismos por un lado y la intra sector público por el otro.

Así, de un total de USD 38.053,2 millones de deuda en pesos, USD 21.855,6 millones es intra sector público y los USD 16.197,6 millones restantes con privados y organismos.

En el marco de las opciones que el Ministerio de Economía estudia para la presentación de la propuesta de restructuración, los vencimientos de mayor importancia son los USD 34.463 millones con privados y organismos y, según la legislación, los USD 3.500 de ley extranjera y los USD 7.063 millones con organismos y otros “no negociables”.

El grueso de los vencimientos con acreedores privados y organismos multilaterales de crédito será en agosto, con unos USD 6.300 millones que representan el 18,3% del período febrero-diciembre, pero es abril el mes de mayor monto de vencimientos totales, si se suman los USD 7.000 millones intra sector público y los USD 3.300 millones de privados y organismos.

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El perfil de vencimientos de la deuda para lo que resta de 2020 cobra especial importancia si se tiene en cuenta que el cronograma establecido por el Ministerio de Economía fija para la segunda semana de marzo la presentación de la oferta de restructuración, la reciente decisión de reperfilar la cancelación de un bono de legislación local y, en medio de los dos hechos, la exposición de Guzmán en el Congreso.

“La presentación del ministro Guzmán no mejoró las perspectivas de resolución del problema de la deuda, al contrario”, criticó Invecq, que a su vez marcó una divisoria de aguas con lo realizado en las primeras semanas de gestión.

En ese sentido, indicó que “la mejora de las perspectivas que se habían dado durante diciembre se ha revertido”, ya que “inicialmente, con todas las críticas que se le puedan hacer a la Ley de Emergencia, el mensaje por parte del gobierno era de un mayor compromiso fiscal”.

A diferencia de esa postura inicial, para la consultora “si el verdadero rumbo a tomar será el expuesto por Guzmán esta semana, la política fiscal no constituye un ingrediente de un plan consistente dadas las condiciones actuales de la economía argentina”.

Asimismo, objetó que, más allá del cambio de gobierno se haya pasado de una reducción de 4 puntos del déficit en tres años a una propuesta diez veces menor para los próximos tres, con lo que “si la corrección del déficit durante el gobierno anterior fue calificada como ‘gradualista’, la nueva estrategia sería hiper gradualista”.

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Invecq se preguntó “de dónde saldrán los recursos para continuar pagando los intereses de la deuda (del orden del 3,5% del PBI anual) durante los próximos años”, si en el mejor de los casos se aspira a un superávit tres veces menor a ese porcentaje para dentro de 7 años.

“Esto hace imaginar que el equipo económico está pensando en una negociación con los acreedores que supone años de gracia en el pago de los intereses de la deuda o, por el contrario, que habría una mayor emisión monetaria para pagar los intereses en pesos y para comprar los dólares del superávit comercial (mientras se mantenga) para pagar los intereses en dólares”, concluyó.

Pero aun en un contexto de convergencia fiscal “el Gobierno seguirá teniendo necesidades de financiamiento para cubrir el déficit primario”, advirtió Quantum, que puso de relieve las “obligaciones con organismos multilaterales de crédito y con el Club de Paris (si no se renegocia), y, eventualmente, una parte de los intereses de la deuda que se reestructure”.

En cuanto al resultado fiscal de este año, del que aún no se cuenta con un nuevo presupuesto sino que se aplica una prórroga del previo, Quantum recordó que “aún queda pendiente resolver lo que se hará con las tarifas de los servicios públicos –congeladas- y, en consecuencia, con el monto de los subsidios que el Gobierno finalmente otorgará al sector privado”.

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