Según indican los gremios aeronáuticos, la falacia de los subsidios es un argumento para justificar la privatización.
Pero en el argumento de los subsidios hay varias falacias que el informe del CEPA revela a partir de los datos del mercado y la empresa, organismos internacionales especializados y estados contables. Aerolíneas preveía un déficit de aproximadamente 90 millones de dólares para 2018, que terminará superando los 330 millones. Si se lo compara con el promedio anual de 678 millones de dólares de subsidios de la gestión 2008-2015, implica menos de la mitad de ese promedio. “Esta disminución se explica por un sostenido crecimiento de los ingresos propios debido a los servicios prestados que responden a mayores ventas de pasajes, a partir de una mayor oferta disponible producto del aumento de la inversión en la flota”, señala el informe. El 90 por ciento de los ingresos son por venta de pasajes, seguido por el servicio de cargas y correo con el 3 por ciento y programa de pasajeros frecuentes y misceláneos pasajes con el 2 por ciento. Con la caída de la actividad económica, los ingresos del Grupo de Bandera (AA y Austral) se redujeron y el Gobierno, como en otras áreas, busca solucionarlo achicando la estructura.
El recorte que se plantea recae principalmente sobre los trabajadores. El 50 por ciento del costo del AA y Austral está explicado por los rubros remuneraciones y pago de cargas sociales, y combustibles. “Los siguientes costos en orden de importancia son el alquiler de aeronaves (9 por ciento), atención al vuelo (7 por ciento), mantenimiento de aeronaves (7 por ciento) y comisiones y gastos de ventas, que alcanza el 5 por ciento; y sumando el Programa de pasajeros frecuentes alcanza 7 por ciento”, según el estudio de la entidad.
Pero además la empresa pública también devuelve en impuestos. “En el momento de publicación del informe la línea aérea de bandera realizaba al Estado un aporte directo neto de 65 millones de dólares a través del pago de impuestos, equivalentes a más de 10 por ciento de las transferencias que recibía del Tesoro”. Además, se computan los efectos indirectos e inducidos en las cadenas de valor de otras actividades o como demandante de otras industrias. “De la comparación entre el impacto económico total y el directo surge que, por cada 100 dólares de valor agregado del sector, indirectamente se generan otros 294 dólares de valor agregado bruto en otros sectores de la economía argentina”, señala el documento elaborado por Alejandra Fernández Scarano, Victoria Ávila, Nicolás Salerno, Marcos Morán y Juan Aiello, del CEPA.