El número de casos de infecciones y muertes por la epidemia de coronavirus en China se dispararon repentinamente el jueves cuando las autoridades del país cambiaron la manera en que llevan el registro de la enfermedad, y no, en general, debido a algún cambio en la condición del brote.

Aún hay mucha incertidumbre en torno a las cifras reales —al igual que con cualquier nueva epidemia— y así seguirá siendo en el futuro próximo. Para enfatizar esa verdad, horas después de que China actualizó sus cifras, la Organización Mundial de la Salud publicó un número menor y dijo que, por ahora, no cambiaría la manera en que lleva el conteo.

Sin embargo, los expertos dicen que hubo buenos motivos para cambiar la manera de contabilizar a los pacientes con la enfermedad, llamada COVID-19, y el objetivo es que el nuevo método detecte muchos casos que antes habían pasado desapercibidos. Esto permitirá que más pacientes reciban tratamiento y se pongan en cuarentena con más anticipación.

A continuación, un resumen de lo que sabemos —y lo que no— sobre las nuevas cifras de coronavirus y lo que dicen sobre la magnitud de la crisis.

¿Cómo cambiaron las cifras?

Durante varios días, el gobierno chino había reportado cifras que sugerían que la propagación de la epidemia se estaba desacelerando, pero eso cambió de manera abrupta el jueves.

Los funcionarios de Hubei, la provincia china donde se originó el brote, dijeron que se habían registrado más de 48.000 casos ahí, un incremento del 44 por ciento en comparación con el día anterior. También informaron que hubo 1310 muertes, un aumento del 23 por ciento. Esa tendencia continuó el viernes, aunque no de manera tan drástica, cuando los funcionarios de Hubei revelaron otros 4800 casos y 116 muertes más.

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Antes, solo se contaban los casos de pacientes que obtenían resultados positivos en las pruebas del nuevo virus. Ahora, las cifras parecen incluir a cualquiera que tenga una tomografía computarizada que muestre un patrón indicador de neumonía en sus pulmones.

A corto plazo, esta nueva contabilización quizá provoque más confusión en torno a la verdadera escala de la epidemia. También complica los esfuerzos para dar seguimiento al crecimiento de la enfermedad que se han estado realizando durante las últimas semanas.

“Debemos tener cuidado al interpretar estas cifras”, dijo el jueves Michael Ryan, jefe del departamento de respuestas a emergencias de la Organización Mundial de la Salud. Las cifras más elevadas de casos, dijo, “no representan un cambio significativo en la trayectoria del brote”.

Después, la OMS publicó sus propias cifras, que descartaban los diagnósticos que no estaban basados en una prueba positiva del virus, e indicó que no comprendía del todo el cambio que había hecho China.

“Para fines de concordancia, aquí se reporta solo el número de casos confirmados en un laboratorio”, declaró la organización en un informe sobre la situación sanitaria. “La OMS ha solicitado formalmente información adicional sobre los casos diagnosticados mediante métodos clínicos, en particular si estos han ocurrido en el transcurso del brote y si hubo casos sospechosos que se reclasificaron como casos diagnosticados con métodos clínicos”.

La OMS reportó casi 47.000 casos confirmados a nivel mundial, de los cuales menos del uno por ciento ocurrió fuera de China continental. Las cifras chinas determinaron que el total era de más de 61.000 casos.

¿Qué defectos tenían los registros anteriores?

Los kits para hacer pruebas del virus no se están produciendo con la rapidez suficiente para satisfacer la demanda, y tardan días en producir resultados. Con las tomografías computarizadas se pueden revisar más pacientes y los resultados están disponibles casi de inmediato.

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Además, las pruebas del virus no han sido muy confiables. Muchas personas enfermas obtuvieron resultados negativos, para luego dar positivo en pruebas subsecuentes. Al parecer esto se debe, al menos en parte, a que las pruebas estandarizadas se basan en muestras del conducto nasal y la garganta, mientras que el virus quizá está alojado en los pulmones.

En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades enviaron cientos de kits de prueba a laboratorios estatales, y días después revelaron que algunos estaban defectuosos. No está claro si China ha experimentado problemas similares en la realización de las pruebas.

Entonces, ¿las nuevas cifras son definitivas?

Hay varias maneras en las que aún pueden pasar desapercibidos otros casos. Algunas personas se enferman, y mueren o se recuperan, sin acudir jamás al médico. Las tomografías computarizadas les permiten a los médicos identificar a las personas cuyas infecciones les han provocado neumonía, que puede ser letal, pero las tomografías no detectan a personas con síntomas menos graves.

Hay otra fuente de confusión respecto a las cifras. Esta semana, se informó que China ya no está contabilizando como casos confirmados a las personas que obtienen un resultado positivo en las pruebas del virus, pero que no manifiestan los síntomas. Sin embargo, algunos expertos dijeron que no estaban seguros de cuál había sido el cambio en realidad.

Las autoridades de salud en China dicen que, en una tomografía computarizada, pueden distinguir la neumonía provocada por el coronavirus de otras epidemias pulmonares graves. No obstante, no está claro si la pueden distinguir de la neumonía provocada por otras enfermedades, como la influenza estacional; es posible que la precisión del diagnóstico varíe según la pericia del médico que interpreta la tomografía.

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¿En algún momento se tendrán cifras más precisas?

En este momento, los laboratorios están haciendo pruebas para el virus en sí mismo, y los virus pueden ser difíciles de detectar. Lo que suele ser más fácil de identificar es la propia respuesta del sistema inmunitario.

Cuando un paciente contrae una infección, el cuerpo produce anticuerpos para combatirla, proteínas en la sangre que reconocen un patógeno específico y activan un ataque del sistema inmunitario en su contra. Laboratorios de todo el mundo están trabajando para desarrollar una prueba para detectar los anticuerpos generados para combatir el nuevo coronavirus, pero aún no hay una disponible.

Este proceso puede ser complicado.

Existen varias cepas de coronavirus en los humanos, entre ellas las que provocan el resfriado común, el SRAS (síndrome respiratorio agudo grave) y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio). Es posible que los anticuerpos que atacan al nuevo virus sean difíciles de distinguir de los anticuerpos que la gente ya tiene para combatir otros coronavirus.

En todo caso, pueden pasar días o semanas antes de que un paciente obtenga un resultado positivo en una prueba que detecte anticuerpos para una nueva infección, así que la prueba quizá no sea útil para diagnosticar enfermedades en curso.

En conclusión, si bien es probable que una prueba eficaz para detectar anticuerpos produzca un panorama bastante completo de un brote, ese panorama tendrá un ligero retraso con respecto a la realidad.

c.2020 The New York Times Company

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