El miércoles se reúne el Consejo del Salario. El gobierno quiere una suba del 40% y revisión en septiembre. La CGT y la CTA, equiparar la inflación y recuperar algo de lo perdido. La lupa del FMI.

El miércoles se reunirá el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). Dieciséis representantes patronales y otro tanto por el lado sindical debatirán bajo la presidencia del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, su actualización.

La cita tiene importancia porque el valor que se fije oficiará de piso para los salarios bajo convenio colectivo de trabajo, y de referencia para los trabajadores no registrados. Además, es una guía para el salario docente y la jubilación mínima, que no pueden ser inferiores al 120% y el 82% respectivamente.

Con todo, el impacto directo es sobre los haberes de los beneficiarios de los programas dependientes del Ministerio de Desarrollo Social como el Potenciar Trabajo. El ingreso de esos 1,1 millones de trabajadores está fijado en un 50% del salario mínimo. Por eso la tensión estará puesta en las organizaciones sociales que son las que están directamente interesadas en la discusión y, aunque la reunión tendrá un carácter virtual, podrían generar una movilización a la cartera laboral el mismo miércoles (ver recuadro).

Tras el último aumento de febrero, el salario mínimo está en $ 33.000. La cifra es el resultado de dos acuerdos realizados durante 2021. El primero había fijado un 35% en cuotas que finalmente fueron adelantadas a septiembre cuando estaba pautada una revisión. Allí se añadieron otras subas que llevaron el aumento hasta un 52%, en línea con la inflación pero que no alcanzó para recuperar la pérdida del poder adquisitivo acumulada en los últimos años.

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En la actualidad, el SMVM cubre apenas el 40% de la Canasta Básica Total que mide la línea de pobreza y que en enero alcanzó los $ 78.624 mientras que el SMVM era de $ 31.938. Y respecto de la indigencia, solo llega al 92% de su valor. Si bien todavía no se difundieron los datos de febrero, según estimaciones de consultoras privadas los precios se habrían incrementado alrededor de un 4% con un pico del 5,5% para los alimentos con mayor peso dentro de esas canastas. Así las cosas, incluso con el último aumento, el poder adquisitivo del salario mínimo habría retrocedido.

En enero de 2017, un salario mínimo vital y móvil alcanzaba para cubrir un 60% de la Canasta Básica Total y un 145% de la canasta que mide la indigencia. La pérdida acumulada del poder adquisitivo con relación a los bienes y servicios elementales fue del 33% en solo cinco años. Si se analizara la evolución del haber mínimo en dólares surge que, en julio de 2017, se ubicaba en U$S 531 mientras que ahora equivale a U$S 297 según la cotización oficial y a apenas U$S 160 si se tomara la cotización paralela.

Fuentes de la cartera laboral confiaron a Tiempo que la intención oficial es llegar a un acuerdo en «alrededor de un 40% en tramos y con revisión en septiembre». Allí esperan «hacer como el año pasado. Se adelantarán cuotas o no según como venga el índice de inflación». Sin embargo, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central, la suba de precios para 2022 llegará hasta el 55 por ciento.

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Nuevo jugador

Este año la negociación se desarrollará bajo la atenta mirada de los funcionarios del Fondo Monetario que ya cuestionaron el incremento de beneficiarios de planes sociales y a quienes no se les escapa que en el debate por el SMVM también estará presente la pauta de incrementos salariales para las paritarias 2022 de los salarios públicos y de los privados.

Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT que participará de la reunión, adelantó a Tiempo que «pretendemos un aumento de un poco más del 40%» pero descartó la injerencia del FMI en el debate: «No tienen por qué interferir, son discusiones locales y la Argentina tiene derechos».

El dirigente cegetista adelantó que, de todas formas, «vamos a ser realistas. Con un marco económico argentino y mundial muy complicado no vamos a poner metas que vayan a generar desequilibrios en otros ámbitos».

Desde la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky señaló que «a menos de una semana de haber votado en el Congreso el acuerdo con el FMI, el gobierno tiene que emitir una señal poderosa de que no va a estar dispuesto a transitar el camino del ajuste». Sobre el reclamo puntual adelantó que «los docentes de CTERA obtuvieron un 45,5%. El Consejo del Salario tiene que estar por encima. Es la única manera de recuperar la enorme pérdida del poder de compra del mínimo durante los años del macrismo».

Desde la CTA Autónoma, Hugo Cachorro Godoy se mostró menos optimista con relación al papel del FMI: «No tengo dudas que va a estar condicionada por el acuerdo y eso hace que tengamos una posición distinta que la del año pasado. El ministro de Trabajo dice que con el 40% se resuelve pero necesitamos un incremento mayor». Godoy especificó que «estamos reclamando que esté por encima de la inflación y la previsión más optimista es del 55 por ciento».

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Para Yasky, sin embargo, «el gobierno tiene voluntad de no aceptar ese tipo de condicionamientos. En la hoja de ruta de las autoridades de economía el recorte va a venir por el lado de los subsidios a la energía, de una mayor recaudación y de reducir el margen de acción de los especuladores financieros».

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