«Pagué 500 pesos de para dejar tirado el auto al aire libre, es un robo». El que habla es uno de los tantos indignados conductores platenses que se encuentran a merced de las pretensiones de las cocheras que proliferan en el centro y, en tiempos en los que los espacios para estacionar no abundan, siguen aumentando los precios por un servicio cuya calidad es, en el mejor de los casos, cuestionable.

Con la economía en franca recuperación tras la crisis que acentuó la pandemia de COVID-19, los centros comerciales de la ciudad se muestran cada vez más activos y miles de personas aprovechan para disfrutar de la gastronomía platense, pero encontrar lugares libres en los que dejar el auto se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza en varias zonas de La Plata. Así sucede en las inmediaciones de La Plata Soho, con epicentro en la peatonal construida por el Municipio en 51 entre 4 y 6 pero también en sus alrededores, donde los vecinos reclaman que las cocheras cobran cada vez más por un servicio que no mejora.

Carlos es una de las muchas víctimas de un sistema que las tiene como rehenes y escribió enojado al WhatsApp de 0221.com.ar para dar cuenta de la situación: «Es una vergüenza. En el estacionamiento de 4 entre 47 y 48 me cobraron 500 pesos de una tarifa fija para dejar el auto como si lo hubiera estacionado en la calle y ni siquiera me dieron el ticket, por lo que claramente también evaden impuestos», sostuvo.

La misma realidad se vive en los alrededores del enorme playón en el que se suele ver a decenas de autos parados. «En el centro no hay lugar para nada y no te queda otra que las cocheras, pero son unos asaltantes», le dijo días a este medio Esteban, otro vecino furioso, y agregó: «Anoche pagué 720 pesos por tres horas de estacionamiento. Se gasta lo mismo en dejar el auto que en comer».

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Avivada y abuso o simple ley de oferta y demanda, el costo por disponer de un lugar donde estacionar van en aumento y suben, incluso, aún más rápido que la inflación. Es por eso, también, que el malestar también sigue creciendo y cada vez son más los que reclaman por una mayor regulación.

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