Tras haber concluido una edición anfibia que por primera vez en su historia combinó el formato presencial con el digital, la Semana Negra de Gijón adoptará en las próximas versiones la virtualidad como complemento de sus actividades: «El formato digital ha llegado para quedarse», sostuvo el director del festival literario, Ángel de la Calle, durante en el acto de clausura celebrado hoy.

Durante diez días, entre el 3 y el 12 de julio, se celebraron en el marco de esta trigésima tercera edición decenas de actividades culturales, algunas con público limitado por las medidas de seguridad implantadas y otras virtuales, que contaron con la participación a distancia de autores argentinos como Juan Sasturain, María Inés Krimer, Kike Ferrari y Mariana Enriquez.

De la Calle destacó el esfuerzo de logística que la organización ha tenido que hacer para sacar adelante un festival en un momento en que «empeoró todo para todos» como consecuencia de las restricciones por la pandemia de la Covid-19.

«A pesar de las circunstancias excepcionales, se ha logrado juntar más talento literario en esta ciudad que en cualquier otro lugar del mundo», indicó el director del festival literario.

Desde la primera edición, la Semana Negra de Gijón se celebró al aire libre en medio de una feria de atracciones que cada año recibe varios centenares de miles de visitantes, pero este año ha quedado reducida a un espacio interior y a una pequeña feria del libro con dieciocho puestos de venta.

De la Calle aseguró no saber lo que va a pasar en el futuro, porque no tiene la «bola de cristal», pero la intención es «volver a ser el festival masivo, callejero, popular y reivindicativo» que ha sido siempre.

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España, Argentina, Estados Unidos, Italia y México han sido, en ese orden, los países donde se ha registrado la mayor cantidad de público en las emisiones por «streaming», según informó el director.

En el marco del festival le fue concedido el Premio Celsius a la escritora y periodista Mariana Enríquez por su libro «Nuestra parte de la noche», una obra que, según el jurado, «aúna las mejores virtudes de la literatura gótica con la contemporánea con la evocación histórica de un período convulso de la historia moderna argentina en la gran tradición de autores como Roberto Arlt, Bioy Casares, Silvina Ocampo y Ernesto Sábato».

También fue premiada la periodista y escritora Berna González Harbour con el Premio Dashiel Hammett a la mejor novela negra en español por su obra «El sueño de la razón», en tanto que también fueron distinguidos los españoles Carlos Bardem, Esther García Llovet, Óscar Martínez y Juan José Martínez.

Bardem fue distinguido con el Premio Espartaco a la mejor novela histórica en español publicada en 2019 por su novela «Mongo Blanco» y Óscar Martínez y Juan José Martínez fueron los ganadores del Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de género negro en español por «El niño de Hollywood».

García Llovet, con su obra «Sánchez», resultó ganadora del Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de género negro, que también tenía entre sus finalistas a la argentina Dolores Reyes por «Cometierra».

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