El juego de la Oca
En este marco, y dado juega con todas las cartas dadas vuelta en materia externa, una posibilidad es que hayan decidido jugarse todo a una nueva baja de la brecha cambiaria para reducir en algo los costos de una salida al menos parcial del CEPO, sin la cual el sistema no parece tener salida.
¿Riesgos? Varios, muchos conocidos. Por un lado, la apuesta recurrente a generar superávit comercial a costa de afectar la demanda efectiva y el empleo, lo que termina por inducir una dinámica perversa en la inversión, alterando así la estructura económica y las posibilidades futuras de crecimiento.
Por otro aquellos ligados al estilo de desarrollo que tenga el Gobierno en la cabeza para lo que sigue, en el que se jugará la suerte de nuestro país para una mejor inserción internacional, tanto en terreno tecnológico como en el que hace a la cantidad y tipo de eslabonamientos productivos, centrales para la generación de empleo y una relación cuenta corriente a PBI más estable.
Finalmente, el régimen monetario en sí mismo, la necesidad sea visto como sostenible por todos aquellos que toman decisiones de ahorro e inversión de todo tipo y tamaño, donde aún no es claro si será en sentido de fortalecer o reemplazar la moneda. Ni más, ni menos.