Tras el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner, el Gobierno comenzó a trabajar en una convocatoria a todos los partidos de la oposición para lograr un gran acuerdo de convivencia y discutir los niveles de intolerancia que existen hoy en la dirigente política y la sociedad en general.
La convocatoria la está llevando adelante el ministro del Interior, Wado de Pedro, ya que así se lo encargaron el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Desde el inicio de la semana, el ministro del interior viene hablando con los principales referentes de las principales fuerzas políticas. Y si bien desde su entorno no quisieron dar a conocer los nombres de los interlocutores, aseguran que cuando las conversaciones estén más avanzadas, se podrán dar más detalles de las reuniones que se plantearán y cómo se dará el debate que el Gobierno busca tener con la oposición.
“Lo que se busca es un nuevo acuerdo, un pacto, poder establecer pautas de convivencia”, señalaron funcionarios del Ministerio del Interior.
El propio Wado de Pedro dijo en una reunión con su equipo que “a un año de cumplirse 40 años de democracia, debemos recuperar la racionalidad, bajar un cambio y ponernos hablar sobre qué tipo de convivencia democrática queremos en nuestro país”.
El ministro también remarcó que el intento de asesinato a la vicepresidente fue “un punto de inflexión” y consideró que -pensando en el año que viene- “la disputa electoral tiene que ser propositiva, no generar más incertidumbres, porque la gente necesita tranquilidad y la dirigencia nacional tiene que generar certezas”.
El debate sobre los niveles de intolerancia que existen tanto en la sociedad como en el seno de la dirigencia política despertó posiciones encontradas dentro de la coalición gobernante, donde parece haberse dado un “alto el fuego” para dar paso a la búsqueda de consensos.
El propio Alberto Fernández instó ayer a la moderación y al diálogo, cuando frente a alumnos de secundaria —a quienes entregó computadoras— pidió construir “una sociedad donde el odio sea una palabra que no se pronuncie más”. El presidente reiteró así que desea colaborar a construir un país donde “el que piense distinto sólo piense distinto, y no se convierta en objeto de odio”.
Sin embargo, mientras el presidente y el ministro del Interior intentan bajar los decibeles de la confrontación con las distintas fuerzas políticas, el senador José Mayans -jefe del bloque del Frente de Todos- aseguró el presidente está trabajando en una iniciativa para regular los discursos de odio.
“Me dijo que lo había hablado con el presidente del bloque de Diputados (Germán Martínez) y con la presidenta de la Cámara (Cecilia Moreau), que había que buscar la forma. Él va a consultar con distintos juristas y profesionales del Derecho”, dijo Mayans en declaraciones radiales refiriéndose a una conversación que había mantenido con el presidente Alberto Fernández.
En el entorno de Wado de Pedro señalaron que se trata de “cuestiones coyunturales que no afectan en nada la convocatoria amplia a la que se apunta desde el Ministerio del Interior”. Pero nada dijeron sobre la posibilidad de que eso genere ruido o interferencia con la oposición a la hora de encauzar el diálogo.
De hecho ayer, apenas unas horas antes de que se conociera que el Gobierno está llevando adelante esta convocatoria, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, insistió en la necesidad de acuerdos políticos, pero advirtió que “nunca” podría ponerse de acuerdo con el kirchnerismo.
“Cuanto más transformación, más vocación de hacer, más amplio es el apoyo político. Pero aclaro que no es con todos, no es con el kirchnerismo”, dijo. Y subrayó: “Nunca podría ponerme de acuerdo con el kirchnerismo”.
¿Logrará el Gobierno avanzar con una convocatoria amplia para que las distintas fuerzas políticas puedan dialogar y mostrar una foto de tolerancia y consenso? En la Casa Rosada aseguran que sí. Habrá que esperar para verlo.
