Arqueólogos descubrieron el lugar donde vivía una pareja de esclavos, posiblemente con un hijo, que se encargaban del mantenimiento de la villa de sus dueños.

El equipo de arqueólogos que trabaja desde 2017 en una zona del norte de Pompeya, la ciudad ubicada al sur de Italia que quedó sepultada en el 79 dc. por la erupción del volcán Vesubio, descubrió una estancia pequeña, en la que vivían unos esclavos, posiblemente una familia con un hijo, que se encargaban del mantenimiento de la villa de sus dueños.

El hallazgo tuvo lugar en la zona de la villa de Civita Giulian, y que ya ha sacado a la luz en los últimos meses otros descubrimientos como una carroza ceremonial casi intacta o un establo con los restos de tres caballos.

Ahora, esta modesta habitación, encontrada «en un estado de conservación excepcional», enriquecerá «aún más el conocimiento de la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos» y concretamente de una parte de la sociedad, de cuyo estilo de vida se sabe bastante poco, dijo el ministro de Cultura, Dario Franceschini, en un comunicado.

El reducido alojamiento, de unos 16 metros cuadrados, se encuentra cerca del pórtico de la villa donde, en enero de 2021, se localizó una carroza ceremonial, que actualmente está siendo restaurada.

Los arqueólogos trabajan en esa zona de Pompeya desde hace más de cuatro años.

Los arqueólogos trabajan en esa zona de Pompeya desde hace más de cuatro años.

Gracias al refinamiento de la técnica de moldes inventada por Giuseppe Fiorelli en el siglo XIX, se han encontrado tres camas y otros objetos pertenecientes a estas personas, que probablemente eran los empleados que se ocupaban del trabajo diario de una villa romana, incluidas las labores de mantenimiento y preparación del carro de caballos.

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Se han encontrado tres catres de madera y un cofre, también de madera, con objetos de metal y telas que los arqueólogos creen que podrían formar parte de los arneses de los caballos.

Las camas eran unas tablas de madera toscamente trabajadas, que podían ensamblarse según la altura de quienes las utilizaran. Dos camas miden unos 1.70 metros de largo, mientras que la otra es de sólo 1,40 metros, por lo que los expertos deducen que podría ser de un niño.

Debajo, se guardaban objetos personales, como ánforas para conservar objetos, jarras de cerámica y el «orinal». La habitación tenía además una pequeña ventana en la parte superior y carecía de decoración en las paredes.

«Además de servir como dormitorio para un grupo de esclavos, tal vez una familia pequeña como sugeriría la cuna del tamaño de un niño, el entorno sirvió como un cuarto de almacenamiento, como lo demuestran ocho ánforas apiñadas en las esquinas dejadas libres para este propósito», explicó el ministerio italiano.

La villa de Civita Giuliana, que desde 2017 cuenta con arqueólogos en la zona, fue durante años objeto de saqueos sistemáticos y parte del patrimonio arqueológico se ha perdido debido a los túneles cavados por los ladrones de tumbas que han generado un daño total estimado en casi 2 millones de euros en toda la villa, según los cálculos del ministerio italiano.

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