La salida de Alexis Guerrera del Ministerio de Transporte y el reemplazo por su segundo, Diego Giuliano, dejó expuesto algo que ocurre hace tiempo: la inestabilidad del Gabinete de Alberto Fernández.
En sólo tres años, el conjunto que acompaña al presidente sufrió numerosas bajas: hoy sólo permanecen 6 de los 19 ministros que asumieron aquel 10 de diciembre de 2019. Un dato importante: de los 6 que permanecen, sólo uno podría decirse que pertenece al núcleo chico y es de máxima confianza del presidente. El resto, responden a Cristina Fernández Kirchner o, por lo menos, no son albertistas puros.
De aquel equipo que Alberto Fernández armó -en ese entonces aún en diálogo con la vicepresidenta-, sólo quedan unos pocos nombres. Santiago Cafiero es el hombre de confianza de lpresidente. Y aunque pasó de la Jefatura de Gabinete a la Cancillería, al menos todavía permanece en el gabinete.
Eduardo “Wado” de Pedro es otro de los pilares del gobierno. El ministro del Interior llegó a su puesto el 10 de diciembre del 2019 y desde entonces no se ha movido de allí. Concentra cada día más poder y protagonismo, y conserva el buen diálogo con Alberto Fernández pero todos saben -y él no lo oculta- que su fidelidad es absoluta y total con Cristina Kirchner.
Otros dos ministros que permanecen en su cargo desde 2019 son Tristán Bauer (Cultura) y Juan Cabandié (Medio Ambiente). Ambos responden a la vicepresidenta sin miramiento alguno.
Más difícil es encasillar la filiación política de Gabriel Katopodis, el ministro de Obras Públicas y ex intendente del partido de San Martín, quien mantiene un excelente vínculo con el presidente pero también tiene líneas de comunicación con el kirchnerismo, aunque algunos sectores internos del ala dura del gobierno no lo quieran demasiado.
Por último, Matías Lammens, ministro de Turismo, ha sabido surfear las olas y logrado mantenerse en el cargo, desde donde ha impulsado el regreso de la actividad turística a partir del Pre-Viaje, una iniciativa para que los argentinos viajen por todo el país después de la pandemia. Y aunque en algún momento fue “retado” públicamente por los precios de ese programa por Cristina Kirchner, pudo acomodar la situación y revivir el plan de incentivo.
Alberto Fernández ha conservado en su núcleo chico de gobierno a dos personas claves para su tranquilidad en la gestión: se trata de Julio Vitobello, el secretario general de la Presidencia que es su amigo íntimo y hombre de máxima confianza, y de Vilma Ibarra, quien desde la secretaría Legal y Técnica cuida que todo lo que firma el presidente esté en perfectas condiciones y no lo comprometa a futuro.
En el camino, el presidente fue cediendo ministros que se fueron del Gabinete producto -en muchos casos- de la presión interna generada por el propio Frente de Todos. Tal fue el caso de María Eugenia Bielsa, la ministra de Desarrollo Territorial que fue la primera eyectada del gobierno. Le siguió Marcela Losardo, ministra de Justicia y persona de máxima confianza de Alberto Fernández. Fue reemplazada por Martín Soria, hombre de confianza de Cristina Kirchner.
La salida de Ginés González García de la cartera de Salud, en cambio, se debió al escándalo desatado por el “Vacunatorio VIP” en medio de la pandemia por el Covid-19. Pero la renuncia de Sabrina Frederic al Ministerio de Seguridad sí tuvo mucho que ver con sus roces con Sergio Berni, su par de la provincia de Buenos Aires. Y ni qué hablar de la renuncia de Matías Kulfas a Desarrollo Productivo tras un acto en Tecnópolis en el que la vicepresidenta criticó el accionar de su ministerio.
La reciente salida de Alexis Guerrera y su reemplazo por Diego Giuliano confirman que la cartera de Transporte es un territorio indiscutidamente manejado por el actual ministro de Economía, Sergio Massa. Y transparentan cómo en el Frente de Todos el poder está repartido entre tres, aunque las proporciones no sean precisamente iguales.
Massa llegó al Ministerio de Economía tras la escandalosa renuncia de Martín Guzmán, quien había sido puesto allí por Alberto Fernández y terminó fuera del cargo por la feroz pelea que mantuvo con el kirchnerismo, especialmente con La Cámpora. Silvina Batakis -inicialmente su reemplazante- apenas duró un mes en el cargo y fue rápidamente reemplazada por el entonces titular de la Cámara de Diputados que pasó a concentrar más poder que sus antecesores, ya que el ministerio de Agricultura y de Producción quedaron bajo su órbita con la categoría de de secretarías.
Hoy, en el Gabinete hay más ministros nuevos que aquellos que pueden ostentar el título de haber llegado aquel 10 de diciembre junto a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, eso no parece preocupar al presidente. No tanto como la relación de fuerzas que existe dentro del Frente de Todos y que revela que la coalición gobernante camina hoy por un terreno tan inestable, como los nombres del Gabinete.
