El yuan digital sigue ampliando su alcance con más de 260 millones de usuarios que lo utilizan para realizar transacciones desde el celular. La estrategia de China de desarrollar tecnología propia para garantizarle a su población una infraestructura de pagos minoristas barata, rápida (con liquidaciones en tiempo real) y segura muestra una precisión de relojería.

El gigante asiático decidió el año pasado prohibir toda actividad vinculada con las criptomonedas. Esto abarca desde la minería de bitcoin hasta la compraventa de monedas digitales como ethereum, el desarrollo de los mercados de NFT (es decir, de activos digitales que no pueden replicarse) y la expansión de los juegos virtuales en los que se ofrece remuneración en criptoactivos (play to earn).

El derrumbe del precio de las criptomonedas, la quiebra de los fondos de inversión vinculados a estos derivados financieros y la dificultad de los proyectos para sostenerse va a contramano del ritmo de expansión del yuan digital. Algunos ejemplos permiten observar la tendencia.

En junio, una de las grandes plataformas de venta online de China llamada JD.com realiza un festival de descuentos para compras por internet. Además de conseguir una cifra record de facturación superando en varios miles de millones de dólares a la que se registró el año pasado, la empresa detalló que las transacciones realizadas con yuan digital marcaron un incremento de 18 veces.

La moneda digital de China ganó en distribución en 2021 a través de las aplicaciones de celular de los bancos, un proceso que se aceleró en 2022 por la celebración de los juegos olímpicos de invierno y el Año Nuevo Chino, cuando es costumbre de la población enviarse dinero.

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A principio de este año se lanzó también una aplicación propia del yuan digital para usarla desde el celular, la cual fue descargada por uno de cada cinco consumidores, mientras los gigantes de la industria de medios de pago electrónico comenzaron a integrar esta moneda en sus plataformas.

Se destacan las pruebas de Wechat, una App de China que cuenta con alrededor de 1000 millones de usuarios y tiene una participación importante en las transacciones de compra minorista con códigos QR. Su competidor Alipay y el banco digital del grupo (MyBank) avanzan en la misma dirección.

Paso a paso

A pesar de este crecimiento, el yuan digital no tuvo un lanzamiento oficial sino que sigue probándose en distintos escenarios y casos de uso. Su incorporación a la vida diaria es gradual, por regiones, y la apuesta de las autoridades es que al final de este recorrido se transforme en un complemento del dinero físico. Se estima que en pocos años lo usarán al menos 900 millones de personas.

Una de las últimas novedades para este proyecto de moneda digital ocurrió en las últimas semanas desde China Construction Bank, una de las entidades financieras autorizadas a ofrecer el yuan electrónico. Desde su aplicación para celular les permitió a los usuarios de las regiones piloto usar la moneda virtual no sólo para hacer pagos sino para invertir.

Se trata de una noticia que muestra que el yuan digital está pensando para interactuar en todo el abanico de servicios financieros dentro del mercado interno de China. Y, en definitiva, tiene capacidad para ampliar su rango de acción también fuera de sus fronteras. La tecnología está diseñada para posibilitar que el movimiento de dinero crossborder (o sea, con otros países) sea tan sencillo y barato de procesar como una transacción local.

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Bitcoin y Occidente

Las posibilidades de expansión del proyecto de moneda digital de China parecen ilimitadas y ofrecen una lección sobre la capacidad del gigante asiático para planificar en el mediano y largo plazo. El año pasado cuando prohibió todos los negocios con criptomonedas justo en el boom de ese mercado hubo interrogantes, que ahora con el desplome del bitcoin empiezan a saldarse.

En Occidente las regulaciones paras las criptomonedas por el momento siguen sin aclararse y los negocios de este sector entraron en zona gris, con grandes fondos de inversión que empiezan a ir a la quiebra por el derrumbe de precios y que amenazan con generar un efecto en cadena.

Se detaca el caso de Three Arrow Capital (3AC), un hedge fund con activos por más de 3.000 millones de dólares, el cual se dedicó a invertir en proyecto de finanzas descentralizadas (DEFI) y en juegos play to earn, y en los últimos días no consiguió devolver un préstamo por 650 millones de dólares.

La suba de la tasa de interés de la Reserva Federal, que llevó a las acciones de Wall Street a tener su peor semestre desde 1970, tuvo un impacto incluso más potente para la industria de los criptoactivos. Bitcoin volvió a bajar la última semana de los 20 mil dólares y en el año pierde más del 50 por ciento.

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