El precio de los combustibles aumentaría en las próximas horas a partir de la decisión del gobierno de actualizar el componente impositivo que se mantiene sin cambios de 2021.

En la búsqueda de esconder el impacto en momento de un recambio turístico lo que afectará todos los presupuestos, el gobierno y las petroleras hasta el momento eligen no dar cifras del nivel de incremento.

Los analistas del sector entienden que el piso de ajuste puede ser de 10% y hasta un 25%. Los tributos que no se mueven desde julio de 2021 son el que se cobra al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC).

El nivel de aumento en los surtidores estará dado por si se aplica el total del impuesto pendiente o se hace en forma fraccionada para amortiguar el impacto.

Por otro lado también está el juego de las petroleras, que pueden decidir sólo trasladar la porción del ajuste impositivo o sumar algún porcentaje adicional.

En esta decisión tendrá decisiva incidencia la actitud que tome YPF, que es quien lidera el mercado.

Desde el lado de los estacioneros también aparece la disyuntiva de beneficiarse por la recomposición de márgenes, pero con el riesgo de seguir cediendo facturación. La caída de ventas se estima en el orden del 15% a partir de la suba de los precios.

Alertados de la posible actualización, los consumidores se volcaron a cargar sus tanques y se repiten imágenes de colas en los surtidores tal como sucedió antes de las elecciones presidenciales, aunque en ese momento fue por la falta de abastecimiento.

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