El presidente alcanzó el 61 por ciento de los votos y evitó la segunda vuelta
Marcelo Rebelo de Sousa es un dirigente conservador que labró su fama como comentarista político y cultivó una imagen de político cercano a la gente. Se lo puede ver usando barbijo en la playa e incluso yendo a hacer las compras en la semana. Con una alta popularidad desde su elección hace cinco años, el actual jefe de Estado portugués convive sin mayores problemas con los socialistas del primer ministro António Costa.
A sus 72 años, el mandatario fue uno de los primeros en votar en un colegio de la ciudad de Celorico de Basto, en Braga. Desde allí declaró que encaraba estas elecciones «sin nerviosismo». «A mi edad se pierden y se ganan muchas elecciones, uno se acostumbra a todo y está preparado para todo. Llevo preparados discursos para la derrota, para una segunda vuelta y para la victoria«, llegó a confesar el presidente luso.
En Portugal, el jefe del Estado no tiene ningún poder ejecutivo pero juega el papel de árbitro cuando hay crisis políticas, y puede disolver el Parlamento para convocar a elecciones legislativas anticipadas. Los cuatro presidentes que tuvo Portugal desde la vuelta de la democracia, en 1974, ganaron la reelección en primera vuelta. Nada indicaba que esa tendencia podía cambiar, por lo que la atención estaba puesta en quién quedaría segundo.
«Cuando el futuro está en juego, el arma que tenemos que usar es votar, sin importar a quién (votar) o qué proyecto», aseguró André Ventura en una arenga de último momento para subir la participación, luego de sufragar en Lisboa. La elección del fundador del partido antisistema «Chega» («Basta»), que le peleó el segundo lugar a la socialista Ana Gomes, confirmó el avance de la extrema derecha en un país en el que esta tendencia todavía era algo excepcional.
Durante la campaña, Ventura había dicho que su intención era «aplastar a la izquierda». Sin embargo Ventura, aliado de la francesa Marine Le Pen y del italiano Matteo Salvini, no logró un mejor resultado que Gomes, una diplomática de carrera de 66 años que hizo campaña sin el apoyo del primer ministro y logró un digno segundo puesto.