En medio del derrumbe de los bonos de la deuda tras el «reperfilamiento» del calendario de pagos, la calificadora de riesgos puso al país en «default selectivo»

Argentina entró en “default”. La sentencia llegó desde la calificadora de riesgo Standard & Poor’s. La compañía consideró por que las medidas financieras anunciadas por el gobierno de Mauricio Macri constituyen una cesación de pagos para la deuda de cortísimo plazo. La evaluación negativa de la firma se extiende al resto de los bonos emitidos por las distintas capas geológicas de funcionarios cambiemitas de forma que a los títulos públicos le colgaron el cartel de default selectivo. La rebaja en la evaluación fue definida el miércoles, informada el jueves por la noche y será revertida al comenzar el viernes. Un default de 48 horas. La calificadora consideró que patear por seis meses los pagos de las letras que vencen este año constituye un default. Interpretó, sin embargo, que las irregularidades serán subsanadas cuando, tras los cambios unilaterales establecidos mediante un decreto de necesidad y urgencia, entre en vigencia el nuevo calendario de desembolsos. Las calificaciones de la deuda elaboradas por S&P quedarán, sin embargo, en niveles de extrema vulnerabilidad: CCC para los bonos de largo plazo y CC en los instrumentos de corto que reflejan la creciente vulnerabilidad financiera.

El vertiginoso deterioro observado en las reservas, el precio de los bonos, el riesgo país, las tasas de interés y el tipo de cambio, refuerza la imposibilidad de acceder al mercado para cubrir las necesidades de financiamiento externo. La reestructuración de la deuda con bonistas que anunció el Palacio de Hacienda dispuso una modificación en las condiciones de las Letes, Lecaps, Lecer y Lelinks que vencen este año para patear vencimientos por más de 7000 millones de dólares durante los próximos seis meses. “El gobierno argentino extendió unilateralmente los vencimientos de todos los papeles de corto plazo el 28 de agosto. Esto constituye un default bajo nuestro criterio. Estamos rebajando la calificación de riesgo de los bonos locales y extranjeros hasta default selectivo y los ratings de la deuda de corto plazo a default”, informó S&P a través de un comunicado difundido en la noche del jueves. La calificadora no ignora el derrumbe financiero pero sostiene que “como las nuevas condiciones de la deuda de corto plazo han ya entraron en vigencia, tenemos previsto elevar el riesgo de la deuda soberana que está en default selectivo el 30 de agosto. Planeamos elevar la calificación de largo plazo a CCC y los ratings de la deuda de corto plazo a C”.

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Desde el Palacio de Hacienda destacaban el jueves por la noche que “lo importante es que el default selectivo estará en vigencia por dos días hasta que entra en vigencia el nuevo cronograma de pagos”. Los colaboradores del ministro Lacunza precisaron que “la calificadora Standard and Poor’s bajó la calificación de deuda de corto plazo en forma temporaria a default selectivo. Eso significa el incumplimiento parcial de alguna de las condiciones de emisión; en este caso el plazo, no el monto ni los intereses. Y, es selectivo porque se considera que el emisor continuará honrando el resto de sus compromisos”.

La brevedad del default sentenciado por S&P no implica que los riesgos hayan sido despejados. La evaluación de la deuda argentina realizada por la firma estadounidense quedará un escalón más abajo del que comenzó la semana. “Rebajar los ratings refleja la agudización del riesgo”, indica la calificadora al referirse a la reestructuración propuesta por el Gobierno para los títulos de mediano plazo emitidos en moneda local y los bonos regidos por la legislación extranjera.

“La creciente vulnerabilidad del perfil crediticio de la Argentina se derivan se un escenario financiero que se deteriora rápidamente, la ausencia de confianza en los mercados de las políticas del próximo gobierno y la incapacidad para renovar la deuda de corto plazo con el sector privado”, indica la evaluación de la calificadora al apuntar advertir sobre el creciente stress sobre los vencimientos que imponen la devaluación, la aceleración inflacionaria y la profundización de la recesión. La empresa junto a su competidora Fitch ya había rebajado la nota de la deuda argentina tras la debacle que siguió al resultado de las elecciones primarias.

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La última vez que S&P declaró a la deuda en default selectivo fue en 2014 cuando una decisión judicial solicitada por los fondos buitre impidió que los pagos realizados por Argentina llegaran a los acreedores. Las calificadoras de riesgo comenzaron a mejorar su evaluación de la economía local cuando el gobierno alcanzó el oneroso acuerdo con los buitres que abrió el vertiginoso ciclo de endeudamiento. Las notas de las calificadoras promovieron el ingreso de capitales pero el amor se evaporó al ritmo de la fuga de capitales.

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