Esta tarde fue detenido un policía en disponibilidad como acusado de integrar la banda que asaltó la carbonera, informaron fuentes judiciales. La detención se llevó a cabo en el marco de una serie de allanamientos que continuaban esta noche, y que eran encabezados por la fiscal Palacios.
La fiscal aguardaba también las autopsias a los cuerpos de las víctimas, a realizarse en el Instituto de Ciencias Forenses de Junín, y la recolección de evidencias como vainas y proyectiles de la escena del hecho, que anoche se dificultó por la falta de luz y que esta mañana realizaban efectivos de criminalística de Gendarmería Nacional, convocados para la pesquisa.
Tomó además declaración a las víctimas del asalto con el fin de obtener datos que ayuden a identificar y detener a los criminales, quienes escaparon.
El hijo del propietario de la carbonera de la ciudad de Zárate, en la que el jueves por la noche durante un asalto y tiroteo mataron a un empleado y a un policía bonaerense e hirieron a otro miembro de la fuerza, consideró que el hecho fue un golpe comando, que los delincuentes debieron realizar cierta inteligencia para poder cometerlo y que les exigían dinero a las víctimas mientras les decían que las habían vendido.
Por otro lado, mañana en el Palacio Dorado del municipio de San Pedro se llevará a cabo el velatorio del agente Osvaldo Osmar Cantero, cuyos restos serán inhumados por la tarde en un cementerio privado de la ciudad de Baradero.
«Fue un golpe comando», expresó Ramiro, quien trabaja también en la carbonera, aunque no estaba presente al momento del asalto cometido ayer cerca de las 19.30, al tiempo que aseguró que para poder llegar hasta allí e ingresar, «los delincuentes debieron hacer cierta inteligencia».
Es que, según la información con la que cuentan los investigadores, entre cuatro y cinco delincuentes ingresaron al predio por los fondos a la carbonería ubicada en el kilómetro 13 de la ruta provincial 193, luego de atravesar un campo, y desde allí se dirigieron a la casa principal, donde sorprendieron a los integrantes de la familia.
En medio de los gritos por el asalto, la hija del dueño logró subir por las escaleras y darle aviso a su padre, que se estaba duchando, quien escapó del lugar por una ventana, saltó por un balcón y se dirigió a la vivienda donde residen los empleados.
Desde allí, según las fuentes, salió el primer llamado al 911 en el que advirtieron que se estaba cometiendo un asalto, por lo que un patrullero se dirigió al lugar.
Mientras tanto, los peones salieron al predio a ver qué ocurría y en ese momento fueron sorprendidos por uno de los delincuentes armado que salió a correrlos.
«Dos llegan a refugiarse en la casa de peones y se encerraron con llave, pero los ladrones les patearon la puerta y agarraron al que había quedado afuera de rehén. Le pusieron un arma en la cabeza y amenazaron con matarlo si los otros no les abrían la puerta. Los peones, asustados con lo que podía pasarle a su compañero, abrieron la puerta y ahí es cuando ejecutaron a (Luciano) Padrón sin mediar palabra, dijo un investigador.
Según las fuentes, el empleado de la carbonera recibió un tiro en la cabeza y falleció en el acto.
Los delincuentes trasladaron a los dos empleados que quedaban a la casa principal, a uno lo maniataron y el otro, como se resistió, recibió un culatazo que le produjo un corte en el cuero cabelludo, dijeron las fuentes.
Tras apoderarse de una importante suma de dinero, los delincuentes pretendieron escapar, y en ese momento se registra el tiroteo con los policías que llegaron por el llamado al 911, agregaron.
«Los vecinos dicen que fue impresionante la balacera que hubo, no podían creer la magnitud de los disparos», añadió Ramiro en declaraciones realizadas esta mañana a la prensa desde la puerta de la casa de su padre, al referirse al tiroteo ente la banda y la policía en el que, según testigos, se realizaron unos 50 disparos.
Los familiares de las víctimas relataron hoy a la prensa que los delincuentes les decían que alguien había aportado datos y que habían sido vendidos, lo que significa en la jerga que contaban con información de que tenían una suma de dinero.
«Les decían que los vendieron, que querían plata. Estaban mi papá, mi sobrina, mi tía y mi hermana, a quienes amenazaron y tiraron al piso (…) los ataron con cables y cordones y a mi hermana la subían y bajaban por la escalera pidiéndole más cosas», añadió Ramiro.
Consultado sobre si su familia había realizado alguna operación comercial diferente por la que tuviera más dinero que el habitual en la casa, el hombre dijo que él es quien se dedica a repartir el carbón en la zona y que la actividad fue la normal de siempre.
Durante el hecho, además del crimen del empleado, los delincuentes asesinaron en un posterior tiroteo al policía del Grupo de Prevención Motorizada de Zárate Cantero, quien llegó al lugar alertado del asalto junto a su compañero Ezequiel Romelio, quien también fue baleado, aunque sobrevivió.
Romelio fue trasladado al hospital de Zárate y horas después derivado al Sanatorio Bernal, en el partido de Quilmes, tras ser visitado por el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y hoy seguía internado con un balazo en el muslo derecho
«Vengo a acompañar a los familiares del camarada fallecido», dijo Berni al retirarse del centro asistencial donde visitó al herido y agregó: «Me voy a reunir con la fiscal para trabajar y lograr dar con los delincuentes», añadió en referencia a Andrea Palacios, la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial de Zárate-Campana a cargo de la causa.
En tanto, las madres de las víctimas fatales reclamaron hoy justicia y que detengan a todos los involucrados en los crímenes, quienes tras el hecho huyeron a bordo de un vehículo por la ruta provincial 6, en dirección hacia la localidad de Ingeniero Maschwitz.
Los restos del agente Cantero serán velados mañana de 7.30 a 9 para familiares, y hasta las 15 para el público general, en el Palacio Dorado de San Pedro, ubicado en la calle Carlos Pellegrini 150.
Mientras que a las 16 Cantero será sepultado en el Cementerio Portal de Paz de Baradero, situado en el kilómetro 145 de la ruta nacional 9, sentido a la ciudad de Rosario.