El daño solar es acumulable y las exposiciones reiteradas e indiscriminadas producen a largo plazo un envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y cáncer de piel.

En esta época del año, exponerse al sin protección puede traer muchos riesgos porque el daño se acumula y los peligros se acrecientan tanto por el sol como por las lámparas o camas solares. También hay que cuidarse los días nublados, ya que la radiación atraviesa las nubes.

Es de vital importancia conocer la propia piel y revisarla en forma periódica. Si encontramos manchas nuevas o que se hayan modificado, consultar al dermatólogo.

Los menores de un año deben estar a la sombra con ropa liviana y sombrero, evitando el sol directo y tomando abundante cantidad de líquido para no deshidratarse; a partir de los 6 meses de vida pueden utilizarse protectores solares.

Si bien normalmente la piel y los lunares toman un color un poco más oscuro durante el embarazo y la lactancia, no hay que confiarse, los cambios pueden indicar un riesgo.

Algunos fármacos (diuréticos, anti-inflamatorios, antibióticos, medicamentos para trastornos cardíacos, etc.) pueden aumentar el efecto del sol sobre la piel, y las personas que han recibido trasplantes de órganos o quienes han realizado quimioterapia o radioterapia deben cuidar particularmente su piel del sol.

Una de las principales causas del cáncer de piel es la exposición al sol sin protección y es la única prevenible.

En este sentido, la incorporación de hábitos saludables reduce hasta un 40% las posibilidades de contraer cualquier tipo de cáncer, y se recomienda:

– Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas.

– Usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen radiación UVA y UVB, de calidad reconocida y cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30. Aplicar en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona.

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– Un lunar que pica, se inflama o cambia de coloración, sus bordes se vuelven irregulares, es asimétrico y crece (generalmente de tamaño superior a 6 mm).

– Aparición de bultos en la piel que crecen en forma sostenida en el tiempo.

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