Escándalo en la Cámara de Casación Penal

En una resolución que tendrá fuerte impacto y consecuencias en otras causas, la Cámara de Casación Penal apartó al juez Gustavo Hornos del expediente por la llamada mesa judicial macrista. Los mismos camaristas que ahora tomaron la decisión, Eduardo Riggi y Juan Carlos Gemignani, habían resuelto lo contrario hace menos de dos semanas.

La Cámara de Casación Penal apartó al juez Gustavo Hornos de la causa por la llamada mesa judicial en una resolución que tendrá fuerte impacto. Hace nada más que doce días, los camaristas Eduardo Riggi y Juan Carlos Gemignani, habían decidido exactamente lo contrario, que Hornos debía seguir interviniendo pese a que él mismo se excusó “por razones de decoro”. La querella de Fabián de Sousa, uno de los dueños de Oil Combustibles que estuvo preso en el penal de Ezeiza, insistió en el pedido de apartamiento con argumentos lapidarios. Los abogados de De Sousa, Alberto Beraldi y Ary Llernovoy señalaron que Hornos estuvo seis veces en Casa Rosada y dos en Olivos, que las visitas se ocultaron, que luego Hornos admitió que tenía una relación social con Mauricio Macri, por lo cual existe una evidente sospecha de parcialidad. Nuevamente Hornos estuvo de acuerdo en apartarse y, al final, Riggi y Gemignani terminaron aceptando que el camarista de Casación no intervenga más en el caso en el que, precisamente, el amigo social de Hornos, Macri, es el principal imputado. Aunque forzada por las evidencias, la resolución de Riggi y Gemignani es un bombazo en Tribunales. Deja tácito que los dos visitantes de Macri –Hornos y Mariano Borisnky– van a estar limitados para intervenir en la mayoría de las causas, incluso algunas anteriores como la relacionadas con el ARA San Juan. Y también habrá efecto en la causa penal y en el proceso en el Consejo de la Magistratura contra Hornos y Borinsky, porque hay dos camaristas que están convalidando no sólo la existencia de las visitas, sino el posterior ocultamiento y el impacto de ambas cuestiones en la imparcialidad de los magistrados.

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La marcha atrás de Riggi y Gemignani es la imagen de otro escándalo de Casación. Su fallo inicial, el del 15 de octubre, era insostenible y fue asombroso para toda la comunidad judicial. Ahora tuvieron que desdecirse porque este expediente, el de la mesa judicial, se centra en Macri y las amenazas y extorsiones a los accionistas del Grupo Indalo, causa en la que está prófugo el principal operador del gobierno macrista, Fabián «Pepín» Rodríguez Simón. Por lo tanto, de ninguna manera pueden intervenir dos magistrados que son amigos sociales del expresidente. La instrucción estuvo a cargo de la jueza María Romilda Servini.

Aunque en el texto del fallo se mencionan nuevos elementos, es obvio que no apareció nada novedoso en los últimos doce días. Los hechos se conocen desde hace rato:

En febrero se supo que los camaristas Hornos y Mariano Borinsky visitaban asiduamente a Macri, en Casa Rosada y Olivos.

* En el listado que se le entregó a Poder Ciudadano las visitas se omitieron, es decir que hubo un ocultamiento. Luego El Destape reveló también que Hornos y Borinsky iban a Olivos.

En un plenario de la Casación, Hornos admitió que mantenía una relación social con Macri.

* En las actas de ese encuentro de Casación también se omitió ese reconocimiento de Hornos, produciendo un nuevo escándalo.

Cuando Hornos, hace dos semanas, pidió su propio apartamiento, habló de decoro, pero se negó a confirmar por escrito la relación social con Macri y las visitas. Ahora fue recusado y Riggi y Gemignani aceptaron la recusación. Eso va a tener impacto sobre otros expedientes. Por ejemplo, Borinsky firmó varias resoluciones relacionadas con las causas del espionaje macrista. El Colegio Público de Abogados, patrocinado por Mario Filozof y Darío Musso, no sólo recusó a Borinsky sino que llegó en queja a la Corte Suprema. Una revisión hacia atrás provocará pedidos de nulidad en otros expedientes, como Hotesur y Los Sauces, el Memorándum con Irán, las rutas de Santa Cruz y buena parte de los expedientes que estuvieron en el centro de la persecución política contra la oposición durante el macrismo. También habrá impacto de la resolución en la denuncia penal presentada por el ahora ministro Martín Soria contra Hornos y Borinsky y en el proceso que se les sigue en el Consejo de la Magistratura. Es que dos camaristas de Casación –Riggi y Gemignani– terminaron aceptando que los hechos existieron y que tienen un peso de máxima importancia. No será fácil ignorar la gravedad de lo ocurrido.

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