Cada año se celebra esta fecha para revalorizar su rol como fuente de vida indispensable con innumerables beneficios ecológicos vitales para el desarrollo del ser humano en este planeta.
En 1900, el Consejo Nacional de Educación, en base a la iniciativa del Dr. Estanislao Zeballos, instituyó esta fecha, en celebración del Día del Árbol, cuyo festejo se concretó a partir de 1901.
Sus funciones son variadas, desde transformar el dióxido de carbono en oxígeno, ser mitigadores directos del cambio climático, refrescar las ciudades disminuyendo notablemente las temperaturas en verano gracias a la sombra que generan, evitan la erosión de la tierra, mitigan las inundaciones por efecto de grandes lluvias, proveen alimentación, son aliados esenciales en la vida de los pájaros y otros animales que dependen directamente en su ciclo de vida.
El arbolado urbano es uno de los principales atractivos de una ciudad, demuestra historia, cultura, patrimonio y es un tesoro que debemos proteger.
Los árboles durante todo el año nos ofrecen beneficios ecológicos, económicos y sociales, por esto es vital reconocer las bondades, beneficios y su significado dentro de nuestra ciudad para conservar los que ya se encuentran y continuar reponiendo los que ya no están.
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