La Justicia de Entre Ríos realizará, junto con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), nuevas excavaciones en una estancia de esa provincia para avanzar en la investigación y búsqueda de la familia Gill, integrada por una pareja y sus cuatro hijos, que desapareció en 2002 en un campo de la ciudad entrerriana de Nogoyá, informaron hoy fuentes oficiales.

Las pesquisas se centran en el paradero de José Rubén «Mencho» Gill, un peón rural que tenía 56 años; su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26; y sus hijos María Ofelia, de 12; Osvaldo José, de 9; Sofía Margarita, de 6; y Carlos Daniel, de 2.

La estancia de alrededor de 500 hectáreas se ubica en el pueblo de Crucecita Séptima, a 50 kilómetros de Paraná, y pertenecía entonces a Alfonso Goette, quien murió en 2016 en un accidente automovilístico, y era donde vivía y trabajaba la familia desaparecida. El fiscal a cargo de la investigación, Federico Uriburu, afirmó que «la investigación siempre se siguió», y remarcó que el dueño del campo «era una persona de temperamento muy fuerte, y muy temido».

Por eso, con su muerte, aparecieron nuevos testigos que «perdieron el temor» para aportar datos, aunque «han pedido que conservemos su anonimato», agregó el fiscal. En 2017, uno de ellos contó que el 14 de enero de 2002 había visto a Gill quejándose por los pozos que le había ordenado cavar el dueño del campo donde trabajaba. «Él dice que ese día vio a ‘Mencho’ Gill cavando pozos en el campo y que estaba enojado por ese trabajo», dijo el fiscal a Télam.

Con ese testimonio, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, encabezó un allanamiento en la estancia y puntualmente sobre la zona que marcó el testigo. En 2018, se registraron imágenes de video y fotografías para determinar la ubicación y las coordenadas del campo donde trabajaba Gill. Luego, en 2019, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) trabajó junto al Gobierno de Entre Ríos en la búsqueda en el campo, realizando numerosas excavaciones, aunque con resultados negativos.

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En ese marco, el pasado 17 de octubre se volvieron a realizar tareas en la parte norte del campo, donde cruza un arroyo, aunque con resultados negativos, por lo que en los próximos días comenzarán nuevas jornadas de excavación, explicaron desde la Justicia. Además de personal policial y judicial, el antropólogo Juan Nóbile, integrante del EAAF, participó de las últimas siete excavaciones y rastrillajes que se realizaron en el marco de la causa caratulada como «averiguación de paradero».

El juez Acosta explicó a la prensa que la próxima jornada será «para agotar el último dato que dio un testigo», por lo que sería la última excavación, aunque acotó que «si la semana o mes que viene aparece otro testigo con otro dato y conduce a otra excavación», se realizará.

María Adelia Gallegos, la madre de Margarita, esposa de Gill, aseguró años atrás que «el error es buscarlos vivos, porque ellos ya están muertos y enterrados» y pidió «que busquen donde vivían hace 14 años, que es el campo de Alfonso Goette».

La desaparición de la familia Gill fue dada a conocer, en primer lugar, por el empleador, quien visitó a una de las hermanas de «Mencho» para preguntar por ellos, y seis meses después, en agosto de 2002, un familiar hizo la denuncia.

Para el fiscal Uriburu, el tiempo en que demoró la familia «tiene que ver con las particularidades de la zona. En el campo, la gente quizás se ve una vez al mes». El Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece 9 millones de pesos para intentar destrabar el expediente número 350/02, detenido por falta de nuevos datos.

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