El Macrismo fue el representante del poder del Capital hecho exclusivamente para bloquear un nuevo acceso al movimiento nacional y popular al gobierno. Por ello no quiso nunca gobernar ni construir una hegemonía política. Su tarea era destruir la posibilidad del retorno.Todas las medidas que surgieron del Macrismo nunca pretendieron construir nada, solo generar todos los condicionamientos y obstáculos insalvables para que o bien el kirchnerismo no pudiera volver o si lo hiciera quedara muy claro en donde estaba el Poder.

La decisión de Cristina de proponer a Alberto como candidato, decisión que fue considerada tácticamente genial, sin embargo era un síntoma claro, tanto del condicionamiento como del riguroso límite que la derecha imponía y que no se podía rebasar. Nunca hubo un gobierno nacional y popular, tuvo lugar una coalición con un hombre del Derecho, dialoguista y progresista, un Presidente que tendría que gobernar dentro de las barreras que el Poder imponía. Demás está decir que la secuencia Pandemia/Deuda/Guerra ha ido jugando mundialmente, al menos de un modo estratégico, a favor de la Derecha.

Derecha ultraderechizada que constituye un centro de operaciones mundial contra, ya no solo los gobiernos nacionales y populares, sino también contra los proyectos  democráticos.

Puede ser muy obvio recordar todo esto pero quizá no sea inútil, ya que la realidad mostró que para muchos argentinos esta captura decisiva de la realidad política después del Macrismo se fue relativizando y un día se despertaron soñando (valga la paradoja) con que la historia argentina nacía de nuevo con el Frente de Todos. Nunca, a pesar de las innegables vacilaciones del Presidente, hubo Poder ni lapicera en el Frente de Todos. Los que insisten en que le faltó atrevimiento para ejercer de un modo más radical pueden tener razón, siempre que añadan a su análisis si de verdad existía un poder popular constituyente para asumir ese combate político.

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Uno de los juicios que más llaman la atención en algunos de los análisis políticos de Argentina en los últimos años es cuando se relativiza a la Derecha argentina. Cualquier análisis serio puede mostrar que es una derecha con un pasado reciente absolutamente criminal, que tiene un poder de daño terrible sobre el pueblo y que si vuelve todo será peor que el 2015. Incluso ahora mismo son capaces de destruir al país entero para acceder al gobierno, y no al Poder que no dejaron nunca. No es necesario, que se recuerde ahora, todas las debilidades de Fernández y las del Frente de Todos. Pero lo que va a suceder si la derecha vuelve al gobierno va a ser tan grave, que se puede asegurar que van a surgir en un futuro, muchas lecturas polémicas, sobre lo que sucedió en este momento tan serio del país.

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