Un empresario que había sido condenado en 2018 en Santa Rosa, La Pampa por abuso sexual de una menor de 16 años, fue capturado anoche tras permanecer cuatro años prófugo de la Justicia.
Se trata de Eduardo «Chino» Ros Ramírez, quien era propietario de «Babilonia», un conocido boliche en la citada ciudad pampeana y no se sabía su paradero desde el 8 de enero de 2018, cuando la Corte Suprema dejó firme su pena por el delito de «abuso sexual con acceso carnal en contexto de violencia de género».
El abuso sexual por el que fue denunciado y que la Justicia comprobó y por el cual lo condenó ocurrió el 8 de abril de 2012, cuando Ros Ramírez y un empleado de su boliche llevaron a dos jóvenes a su casa con la intención de tener relaciones sexuales.
«Virginia», la víctima de Ros declaró que en ese momento se encontraba «disminuida su capacidad de oposición física por la ingesta previa de distintas bebidas alcohólicas».
El fallo de la Corte salió los últimos días de 2017 pero la Justicia pampeana demoró más de diez días en notificar el pedido de detención, algo que sucedió recién en a fin de la primera semana de enero, por lo que cuando las autoridades policiales fueron a su encuentro, ya se había fugado.
Los fallos judiciales previos le habían garantizado la libertad condicional hasta que la condena, que fue dictada el 23 de septiembre de 2016, estuviese firme, por lo que hasta este momento no pasó ni una noche detenido.
Se sospecha que con alguna complicidad, producto de conocer el mundo de la noche de Santa Rosa, Eduardo Ros Ramírez logró escapar y permanecer todo este tiempo sin que se conociera su residencia; la intención sería que transcurrieran los ocho años y que expirara su condena.
Sin embargo nunca se detuvo su búsqueda y se ofrecieron diferentes recompensas para quien aportara información. Según fuentes de la investigación, la punta del ovillo que permitió hallarlo fueron algunos saludos que recibió en su último cumpleaños, el número 42, en sus redes sociales.
El ministro de Seguridad pampeano, Horacio Di Nápoli, confirmó que el dato que permitió la detención se supo el domingo 20 de marzo, tras la intervención informática. De esa forma se dispuso que dos policías viajaran a la localidad uruguaya de Rivera, donde lo vieron en la calle pero no tenían potestad para su detención.
Habiendo una alerta roja de Interpol vigente, dieron aviso a la Policía uruguaya que fue la encargada de llevar adelante el procedimiento en la noche del martes 22 de marzo, y quedó preso en una comisaria local a la espera de extradición en los próximos días.
