Un hombre fue condenado a 18 años de cárcel por un caso de abuso sexual agravado por acceso carnal, amenazas coactivas y lesiones ocurrido en Almagro en 2016.
El hecho sucedió en un hotel de la ciudad porteña y Díaz fue encontrado autor del delito de «abuso sexual agravado por acceso carnal, amenazas coactivas, lesiones leves doblemente agravadas por violencia de género, y homicidio en grado de tentativa agravado», por lo cual le corresponde una pena de 18 años de prisión, según ratificó la Cámara Nacional de Casación.
Se sabe que los jueces Mario Magariños, Pablo Jantus y Alberto Huarte Petite rechazaron la apelación de la defensa en la que se pidió la absolución o, subsidiariamente, la realización de un nuevo juicio ya que había considerado que las lesiones que sufrió la mujer ocurrieron porque el imputado la salvó ante un «intento de suicidio».
La respuesta en su voto de Huarte Petite fue que «no hay elementos que acrediten que intentaba suicidarse en aquél momento, sino que, por el contrario, ha sido suficientemente fundada la conclusión del tribunal de grado en orden a que fue forzada a dirigirse hacia la ventana a través de múltiples agresiones y amenazas que se correspondían con aquella promesa de homicidio, y que la ubicaron al borde de perder su vida».
La Cámara explicó que el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 1 dio por probado que el hecho ocurrió el 30 de marzo de 2016 por la madrugada, aproximadamente a las 5, en la habitación 2 del quinto piso del hotel situado en la avenida Hipólito Yrigoyen 3635 del barrio de Almagro.
Esa noche, el hombre le exigió a su entonces pareja tener relaciones sexuales pero ante la negativa de la víctima la abusó por la fuerza y «le pegó con los puños y con los pies en distintas partes del cuerpo y la amenazó varias veces con matarla a ella, a su madre o a su hermano, si no se quedaba con él. También le arrojó su teléfono celular en el rostro, lastimándola y después la llevó a la ventana e intentó arrojarla al vacío empujándola».
En la sentencia de primera instancia, los jueces sostuvieron que «la mujer pudo impedirlo sujetándose del exterior de un equipo de aire acondicionado, aún cuando Segovia Díaz la mordía en la cintura para que se soltara y cayera». Sin embargo, «los gritos de ella pidiendo ayuda cuando estaba en la ventana fueron escuchados por personas que se hallaban en la calle; sus llamados convocaron primero a personal de bomberos y después a personal policial».
Esa situación derivó en que Segovia Díaz desista de su intento y ambos volvieron al interior de la habitación, tras lo cual subió un policía que forzó la puerta para salvar a la víctima y detenerlo.
El juez Huarte Petite consideró que debía rebajarse la pena a 15 años de prisión al modificar la calificación de «abuso sexual con acceso carnal» por la de «abuso sexual gravemente ultrajante», pero sus dos colegas no compartieron el cambio en particular de ese delito y confirmaron la condena a 18 años de cárcel.
