Alberto Fernández le tomó juramento a sus nuevo ministros, con un encendido discurso de campaña en un acto que no contó con la presencia de Cristina.
Antes de comenzar el acto formal de toma de juramento a los nuevos integrantes del gabinete, el presidente quiso hacer una reflexión sobre los resultados de las PASO. «El domingo pasado el pueblo dio un veredicto. A lo largo de la semana escuché a muchos y a muchas, porque quiero entender por qué la gente votó como votó», dijo. Y agregó: “Hay veces en que los dirigentes, cuando la gente vota y no los elige, se enojan con la gente. Nosotros cuando la gente no nos vota, nos enojamos con nosotros porque algo habremos hecho mal”.
Alberto Fernández no hizo ninguna mención a Cristina Kirchner, que no estuvo en el acto de asunción de los ministros. Pero sí se refirió —elipticamente— a la crisis desatada la semana pasada luego de que renunciaran los ministros que responden a la vicepresidenta y que ella publicara una carta en la que le sugería qué hacer al presidente.
«Soy presidente del Partido Justicialista y me preocupa mucho más un movimiento político silenciado, obediente, que no discute, que uno que reflexiona”, dijo Fernández y esa fue la única alusión a la crisis política que agitó a la coalición gobernante y a todo el país.
En primera fila lo escuchaban Máximo Kirchner —con quien el presidente estuvo reunido largo rato—, Sergio Massa, Wado de Pedro (quien firmó los decretos de designación de los nuevos miembros del gabinete), y Axel Kicillof. También estaban los sindicalistas Hugo Moyano y Héctor Daer, y los gobernadores Omar Perotti (Santa Fe), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (CAtamarca), y Oscar Herrera Ahuad (MIsiones). No estuvo Martín Guzmán, el ministro de Economía que estuvo en el ojo de la tormenta.
El presidente aprovechó la jura de sus ministros para relanzar la campaña y le dio a su discurso un tono claramente electoral. “No somos parte del país que quiere que los que trabajan pierdan sus empleos y que nadie los indemnice. No somos parte del país que quiere flexibilizar derechos de los que trabajan. No somos parte del país que quiere seguir con la concentración, abandonando al norte y al sur», aseguró, en clara referencia a la oposición. Y agregó: «La pandemia nos distanció, algunos promovieron ese distanciamiento, otros lo aprovecharon la pandemia para dividirnos”.
Al finalizar su discurso, Fernández le tomó juramento a Manzur, que fue coreado por unos 50 intendentes y dirigentes tucumanos que viajaron especialmente para la jura del —ahora en uso de licencia- gobernador de esa provincia. Consultados sobre la crisis que atraviesa Tucumán por la desconfianza que hay entre Manzur y su vicegobernador Osvaldo Jaldo (quien se hará cargo del Ejecutivo en ausencia de Manzur), los dirigentes sólo dijeron que “el peronismo siempre se acomoda”.
“Tucumán, Tucumán, Tucumán”, gritaba la hinchada cuando Manzur ponía su mano derecha sobre la Constitución Nacional y juraba por “Dios y por la Patria” cumplir con su deber. Minutos más tarde, el flamante jefe de Gabinete hacía declaraciones en las que consideraba que la crisis entre Alberto y Cristina “está zanjada” y proponía dar vuelta la página para seguir hacia adelante.
