Nuestro planeta posee muchos elementos amigables, como también los tienen nuestras ciudades. Así como hay ríos, hay calles. Como hay lagos, hay plazas. Como hay montañas, hay edificios, y como hay mares hay parques. La ciudad es un ecosistema humano qué, inevitablemente, contiene varios elementos de la naturaleza. Existen ciudades con ríos y canales, otras costeras, algunas en las praderas y otras en montañas. En colinas, en desiertos, y hasta sobre el mar. Históricamente, se fundaban a orillas o cercanías de un cuerpo de agua, aunque siempre comenzaban a construirse las aldeas alrededor de un árbol. Con su espacio de expansión en un gran patio o plazoleta. La relación entre el hombre y el árbol es simbiótica y sagrada dado que dan reparo, sombra, y oxígeno. De ahí que uno de los elementos fundamentales de ambos mundos, el natural y el urbano, sea el árbol.
