El gobierno difundió una reunión de su mesa política, en la que se barajaron alternativas respecto del cronograma electoral. Una prevalece una muy clara.

El tema debería haberse resuelto con suficiente antelación para tener el escenario despejado de cara a los próximos meses, pues cumplir un cronograma electoral impone ciertas condiciones.

Pero es sabido que el gobierno se toma sus tiempos. No solo en este tema: en general siempre ha sido así, sobre todo con los que más rispideces generaron, dentro y fuera de la coalición gobernante.

La excepción que confirma la regla podría decirse que es el aborto. Si bien demoró hasta fin de año para avanzar con esa promesa de campaña, sorprendió a propios y extraños cuando a principios de noviembre contradijo sus anuncios respecto de que en 2020, por la pandemia, debería postergar la cuestión, y se anunció el envío y tratamiento del proyecto. Y no solo cumplió, sino que Alberto Fernández entró en la historia por la aprobación de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo durante su gestión. No es poco.

A lo que nos estamos refiriendo es a las PASO. ¿Se hacen, no se hacen? ¿Se postergan, se realiza todo en una única elección? Todo está envuelto en una nebulosa que esta última semana comenzó a despejarse, no para brindar precisiones, sino más bien para mostrar las cartas que se barajan. Que básicamente son las que acabamos de citar.

El tema se trató en la reunión/almuerzo del jueves pasado, en la Casa Rosada -que ha vuelto a funcionar como usina principal oficial-, con los integrantes de la mesa política del gobierno, y quedó claro que existía una deliberada intención no solo de difundir el encuentro, sino de dejar bien claro de qué se había hablado allí. Bienvenido sea el acceso a la información, más allá de las segundas intenciones.

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Comenzando por los participantes del encuentro, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro; los diputados Sergio Massa y Máximo Kirchner y, por supuesto, el presidente Alberto Fernández. ¿Faltó alguna pata del Senado? No hace falta, De Pedro reporta directamente a la jefa de la Cámara alta y puede hablar también por ella. Y Máximo, obvio.

Según se difundió, los temas abordados en la reunión fueron las PASO, el aumento de los precios y la vacunación. Si se quiere, todas cuestiones que confluyen en la campaña electoral del oficialismo.

En el caso de las primarias, se detalló puntillosamente que se trataron tres alternativas, que serán las que se barajarán hasta que se adopte una decisión. La primera, suspender las elecciones, como piden los gobernadores peronistas y aceptan dos de Juntos por el Cambio -los de Jujuy y Corrientes-; la segunda, hacer que confluyan las PASO y las elecciones generales en un mismo domingo; y la tercera, postergar los comicios un mes. Ambos.

La primera posibilidad fue el reclamo original de los gobernadores, que habían confiado al principio de esta gestión en que Alberto Fernández privilegiaría su relación con ellos y haría una suerte de cogobierno, de modo tal de compensar la desproporción de fuerzas que mantiene con su vice. Pero hace rato que los mandatarios provinciales entendieron que sus expectativas en ese sentido nunca serán cubiertas. Así y todo, avanzaron con la propuesta de suprimir las PASO, pero esa posibilidad necesita el respaldo de un Congreso que responde al kirchnerismo. Y ni Cristina quiere alterar una ley que ella misma impulsó en 2009, con Néstor Kirchner vivo; ni La Cámpora quiere dejar de lado la posibilidad de competir internamente donde lo desea. Además -y dato no menor-, necesitarían de un apoyo en el Congreso que hoy no existe en la Cámara de Diputados.

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La segunda posibilidad suena a chino. Juntar las PASO con las elecciones generales abriría la posibilidad a complicaciones y suspicacias. Y no sería otra cosa que una suerte de ley de lemas. Recordemos que ese sistema electoral está hoy vigente a nivel provincial solo en una provincia; pero qué provincia: Santa Cruz. También tendría que ser habilitada esa norma en el Congreso y ahí habría más rechazos que apoyos.

La tercera posibilidad es la más viable y, a priori, la que tiene más posibilidades de concretarse. Postergar los comicios: llevar las PASO a septiembre y las generales al mes de noviembre. El argumento es, cuando menos, atendible: permitir que la campaña de vacunación avance un poco más, y alejar el primer domingo de elección al menos un poco del invierno.

Está claro que esta es la alternativa en la que el gobierno avanzará. Las otras dos son pantallas, de modo tal de que suene a concesiones dejar de lado dos de las tres propuestas, ambas muy rechazadas por la oposición. En cambio la idea de postergar cuenta incluso con un proyecto del espacio de Martín Lousteau que sugiere lo mismo. Se trata de un proyecto de Carla Carrizo, Dolores Martínez y Emiliano Yacobitti, entre otros, que propone llevar las PASO a septiembre, aunque no toca las generales.

El expediente lleva el número 6629 y fue presentado el 14 de diciembre del año pasado, pero el argumento es bien distinto, pues pretende acortar el tiempo entre ambas elecciones. Al Frente de Todos le sirve. Y recordemos que ya sucedió en el Senado que utilizaron proyectos de la oposición -uno de ellos del senador Lousteau- para objetivos propios, en ese caso modificar la Ley Orgánica del Ministerio Público.

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En este caso el oficialismo tiene de su lado el tema de la pandemia, y usará la cuestión de la vacunación como elemento contundente.

Los argumentos reales, que no expondrá pero es de manual que son los que prevalecen, tienen que ver una economía que cuanto más avance el verano, mejores datos podrán brindar. Es al menos lo que en el Gobierno imaginan. Cuanto más adelante se vote, mejores comparaciones podrán hacerse con relación a un año como 2020 donde todas las variables fueron para atrás. Ahora, con números aun modestos, todo servirá para alardear. Cualquier comparación será buena frente a porcentajes negativos como los que dejó el año que vivimos en pandemia.

Además, la realidad indica que nada de lo que decida podrá hacerlo por decreto, por más pandemia que haya. Así lo dejó claro el abogado constitucionalista Daniel Sabsay, ante la consulta de este medio. Tratándose de una modificación de la ley electoral, todo debe pasar por el Congreso y contar con mayoría agravada. Tanto la suspensión de las PASO, como una postergación electoral.

Y como sea, lo que el gobierno necesita, de cara a las elecciones de medio término que ya el oficialismo se plantea como una suerte de “madre de todas las batallas”, es no solo que la economía mejore, sino que los precios no se escapen. La inflación será clave en los próximos meses, de ahí las previsiones que se están adoptando y las advertencias que se lanzan hacia los supuestos formadores de precios. Porque con paritarias anudadas al cálculo oficial de una inflación anual del 29%, si los salarios pierden de manera ostensible frente a los precios, no habrá campaña de vacunación que alcance para evitar la caída.

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