En «Insomnio» la escritora británica Marina Benjamin da cuenta del extrañamiento que a lo largo de su vida le causó la vigilia nocturna que derivó en una percepción alterada de su entorno, y a través de un ensayo literario donde conjuga lo inquisitivo y lo poético logra «hacer las paces» con su condición de insomne.

En su intento por encontrar respuestas, la escritora rastrea en obras que transitan por los mitos de la literatura griega, las largas noches en las que Penélope aguarda el regreso de Ulises, el sueño encantado de la Bella Durmiente, «La búsqueda del tiempo perdido» de Proust, las teorías sobre los sueños de Sigmund Freud y algunas reflexiones de Jacques Lacan. En una entrevista con Télam, Benjamin expuso sobre su obra -traducida por Florencia Parodi, y publicada por Chai editora- en la que indaga sobre los «dones potenciales» y las «maldiciones» de este padecimiento. La autora es también periodista y editora. Sus últimos libros, «The Middlepause» y «Rocket Dreams», han sido finalistas de varios premios.

Télam: ¿A qué edad comenzó a manifestarse en usted el problema del insomnio?
Marina Benjamin: Yo era una de esas niñas que siempre se molestaba por tener que irse a la cama, gritaba y lloraba, y era una situación muy dolorosa. Hoy, a los niños así se los puede llamar rechazadores del sueño. Cuando miro hacia atrás, veo que no era tanto que esa niña de 5 años no pudiera dormir aunque siempre he sido ridículamente madrugadora, sino que no quería dormir. No quería estar inconsciente la mitad de mi vida. Quería que mis días llenos de actividad nunca terminaran. Como adulta, conservo un deseo poco realista (tal vez incluso infantil) de días llenos de acción: esa lucha interminable contra el reloj de la vida. Pero mi insomnio también se siente más constitucional, está relacionado con los cambios en los niveles hormonales y los niveles generales de ansiedad. Así que ahora realmente no puedo dormir, a pesar de quererlo mucho. Y cuanto más se me escapa el sueño, más me encanta dormir. Lo idealizo y lo anhelo.

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T:¿La escritura del libro la ayudó a superar el insomnio?
MB: Escribir sobre el insomnio me ayudó a hacer las paces con esta condición. Me esforcé mucho por ver sus dones potenciales, por ambivalentes que fueran, así como sus maldiciones. Para mí, hay dos tipos distintos de mentalidad insomne: el estado frío, sonambulante, ligeramente hipnótico de existencia entre el sueño y la vigilia que encuentro bastante creativo, debido a la forma en que dichos estados te permiten conectarte a tu propia mente inconsciente. Pero luego hay un insomnio más agitado, nervioso e inquieto que me genera preocupación. En esas noches tengo que hacer algo relajante, como leer o mirar documentales en mi computadora.

T: ¿Cuál fue el punto de inflexión que la llevó a investigar y escribir el libro?
MB: Estaba pasando por un episodio particularmente malo de no dormir y me sentía agotada como si todos los días tuviera que escalar una montaña. Estaba tan agotada que me sentí a punto de alucinar. Comencé a escribir sobre el insomnio por un repentino capricho y las palabras salieron muy rápido. Enseguida supe que había dado con algo, así que seguí la corriente. Algunos libros llegan así, brotando de algún lugar profundo, y el trabajo como escritor es reconocer cuándo tenés uno de ellos.

T:¿La lectura de los autores que cita se produjo antes o después de comenzar a investigar para el libro?
MB: Leí sobre el tema y sobre las experiencias de otros insomnes como una forma de comprender mejor lo que estaba experimentando. No creo en hacer toda una investigación antes de escribir. Primero quiero sentir mi camino hacia un tema, jugar con él y tomarlo en tantas direcciones fructíferas como pueda, antes de llenar los vacíos con la investigación. Para mí, es importante no reprimir mi propia creatividad con demasiado «aprendizaje»: con este libro, sabía que había cosas que me interesaban, por ejemplo el soñar, la prevalencia de mujeres dormidas en el arte del siglo XIX, la cama y su relación con la intimidad, la idea de cuento de hadas del sueño encantado, así que leí sobre esos temas a medida que avanzaba el libro.

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T:¿Por qué decidiste abordar el insomnio a través de diferentes perspectivas literarias o artísticas?
MB:Una vez que me decidí por esta idea de que el insomnio era principalmente un exceso de anhelo, mirar a la poesía y la literatura parecía el lugar obvio para ir, porque a menudo es a través del arte que podemos encontrar exploraciones del deseo humano. Quería ver lo que significa estar en un estado de anhelo, querer lo que no puedes obtener. También estaba interesada en cambiar nuestras ideas sobre la ausencia y la presencia. El insomnio con demasiada frecuencia solo se define en términos de falta. Se lee, principalmente, como la ausencia de sueño. Pero nunca me siento más presente, más conscientemente viva que cuando estoy despierta por la noche. Es casi hiperreal. Entonces esa idea y la de revertir nuestras percepciones de luz y oscuridad, de ausencia y presencia me llevó al arte y, en cierta medida, a la literatura.

T:¿Cómo experimentan su insomnio las personas que viven con usted?
MB: Mi familia tuvo que aguantarme zombie durante el día, tan cansada que apenas podía funcionar. Esto se remonta a lo que estaba diciendo sobre presencia y ausencia. Cuando estás tan cansada, tan agotada, es como si no estuvieras allí. Así que mi insomnio dio vuelta mi vida, me hizo demasiado presente en la noche y ausente durante el día.

T:¿Siente que todo lo que investigó puede ayudar a otras personas que están pasando por el mismo problema?
MB: Si puedo acercar un espejo a los lectores, hacer que se sientan vistos de alguna manera en su propia experiencia, entonces estoy feliz. No escribo memorias para ayudar a las personas, o incluso para ayudarme a mí misma, escribo memorias para comprender mejor la condición humana. Si también es útil, entonces es una ventaja.

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