Por el femicidio fue apresado un hombre que sería el amante de la víctima. Ambos solían encontrarse en una precaria vivienda a ingerir drogas y bebidas alcohólicas. Lo denunció su propia hermana.

La hallaron muerta y creyeron que había sido asesinada a golpes en la cabeza. Pero la autopsia reveló que tenía un balazo, que ingresó por la nariz. Por el femicidio -que tuvo como escenario una precaria vivienda de Quilmes Oeste- quedó detenido un hombre que suele ingerir drogas y bebidas alcohólicas y sería además el amante de la víctima. En un primer momento se dijo que el femicida fue la pareja de la mujer, pero los investigadores lo negaron.

La propia hermana del acusado fue quien lo denunció. Argumentó que se trata de un sujeto violento y adicto. Fue ella también quien aclaró que el ahora detenido era «amante o novio» de Mariana, la víctima fatal, de 45 años y de quien no trascendió su identificación completa. Y también reveló que su hermano padece esquizofrenia y no toma la medicación necesaria para controlar sus arrebatos de violencia.

El hecho se registró ayer, durante la madrugada, en una casa de la calle Jujuy al 2000 del barrio La Cañada, cuando en circunstancias aún no esclarecidas, Diego Ismael Fernández, de 43 años agredió a su amante, después de haber estado ingiriendo junto bebidas alcohólicas y estupefacientes.

Luego de la denuncia, el personal policial de la comisaría 5ª de Quilmes se desplazó hasta la vivienda y constató el deceso de la víctima. En un principio, los efectivos no observaron lesiones aparentes de balazos o puñaladas y al llegar la ambulancia, los médicos establecieron que había recibido un fuerte golpe en la cabeza. Posteriormente, en la autopsia se comprobó que Mariana tenía un balazo en la cabeza que le había ingresado por la nariz.

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Frente a los investigadores del caso, la hermana de Diego Fernández sostuvo que le había dicho: «íMataron a Mariana!». Le adjudicó el crimen a una tercera persona durante un presunto robo, aunque luego, el ahora imputado por el «homicidio» incurrió en contradicciones, a partir de su estado de ebriedad y el aparente consumo de estupefacientes. No obstante, la denunciante aportó que la pareja solía pasar algunos días juntos, que tomaban bebidas alcohólicas y drogas y tenían una «relación conflictiva», pero que no había escuchado gritos, ni pedidos de auxilio, en el contexto de una supuesta agresión, que derivó en el femicidio.

Tras las pericias efectuadas en el lugar por efectivos de la Policía Científica, el acusado quedó detenido y a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2 de Quilmes.

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