En la Semana de la Mujer Emprendedora, destacamos a aquellas que se encuentran dando los primeros pasos como quienes ya lideran grandes estructuras.
“En esta semana en la que buscamos poner en valor a quienes emprenden, también queremos sensibilizar a la sociedad sobre los obstáculos en el entorno empresarial y financiero con los que todavía se enfrentan las mujeres a la hora de emprender”, la Directora de Producción, quien nos presenta a una emprendedora local.
Yesica Sarena es oriunda de nuestra ciudad. Tiene 29 años y cursa la carrera de Administración de Empresas con orientación en Marketing. Pero, desde hace tres años, se ha sumido en la aventura del emprendimiento local y en una actividad que pareciera es “terreno de hombres”.
La apicultura es su trabajo ahora, pero comenzó siendo un entretenimiento como ella misma lo relata: “Mi papá empieza con la apicultura en el año 1995. De ahí todos de una forma u otra nos fuimos incorporando. Primero mi hermano, desde muy chico. Yo arranque a los 13 años ayudando en la sala de extracción. Hacía lo que se podía. Pasando cuadros o rastrillando. De chicos, papá nos llevaba maderitas con las que se arman los cuadros para que nosotros hojalillemos y después armábamos. Aprendiendo de todo un poco de lo que es este trabajo. Desde ahí todos los veranos mi función fue colaborar en la extracción de miel durante la cosecha y el resto del año trabajaba de otra cosa”.
“Hace 3 años aproximadamente me dedico de lleno a esto –afirma orgullosa la emprendedora-. Surge a partir de la Semana de la Miel cuando participé de la expo que se hizo en la Vieja Estación y ahí arranco con el fraccionado que es prácticamente la función más importante que cumplo en Colmenares Royesol”.
La joven le impregna pasión y coraje al emprendimiento, y advierte: “Es mucho tiempo que hay que invertir en este trabajo, pero lo disfruto. Y más allá de eso, me encanta interactuar con los clientes. Sacarles dudas. Preguntan mucho y no sólo sobre la miel. También vendemos jalea real, polen, jarabe de propóleo y cera, entre otros productos derivados de la colmena. Me gusta poder contarles qué beneficios tiene cada producto, para qué sirve y cómo se consume”.
Si bien le gusta hacer de todo un poco, la comercialización es lo que más «me divierte». Con su espíritu joven no duda en sostener que busca superarse día a día. “Hay muchas mujeres apicultoras, aunque se crea que la apicultura es trabajo de hombre. Esto requiere de fuerza y constancia y, sobretodo, voluntad”.
La joven Sarena se siente una mujer emprendedora y lo es. Y en cuanto a sus pares, sentencia: “Me dan orgullo. Me gusta ver tantas mujeres que se valen por sí solas. Que buscan mejorar día a día. Que se levantan y salen a laburar”. Y finalmente concluye “pienso que cada día puedo dar más y más. En síntesis, de eso se trata de progresar”.
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