Un bombardeo que el movimiento islamista Hamas atribuyó a Israel mató a por lo menos 500 personas en un hospital de Gaza, levantando una ola de indignación internacional en la previa de la llegada a la región de Joe Biden. Israel atribuyó el bombardeo al «lanzamiento fallido de un cohete» por parte de la Yihad Islámica, otra organización palestina que opera en la Franja. Se trata de la mayor masacre en el enclave en las cinco guerras que se dieron entre las milicias palestinas de Gaza e Israel desde 2008.

Una tragedia sin precedentes

«La masacre en el Hospital Árabe al-Ahli no tiene precedentes en nuestra historia. Si bien hemos sido testigos de tragedias en guerras y días pasados, lo que ocurrió esta tarde equivale a un genocidio«, dijo Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza. Se trata del ataque con el mayor número de víctimas mortales cometido hasta ahora, desde que el pasado 7 de octubre estallara la guerra entre las milicias palestinas de Gaza e Israel, que ya acumula más de 3.000 muertos en Gaza y 1.400 fallecidos en territorio israelí.

Según fuentes gazatíes, en el centro sanitario (una institución cristiana perteneciente a la Iglesia Anglicana) había unas 2.000 personas que se estaban refugiando de los bombardeos, una dinámica habitual en la mayor parte de los hospitales de la Franja. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, responsabilizó por el ataque a los «terroristas bárbaros de Gaza».

Tanto Hamas como la Autoridad Nacional Palestina (ANP) liderada por el presidente Mahmud Abbas acusan a Israel del bombardeo, pero el Ejército israelí responsabilizó a la milicia palestina de la Yihad Islámica de lanzar una ráfaga de cohetes que impactó accidentalmente en el hospital. El presidente israelí, Isaac Herzog, aseguró que el país «se enfrenta a un enemigo hecho de pura maldad», en referencia a las milicias islamistas de Gaza con las que libran una guerra desde hace 11 días.

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Jordania, un país que tiene relaciones diplomáticas con Israel, dijo en cambio que ese país carga con la responsabilidad de la tragedia. En respuesta al ataque Jordania canceló una cumbre regional en Amán prevista para el miércoles para retomar el proceso de paz en Medio Oriente, en la que participaría Biden junto al rey jordano Abdalá II, el presidente palestino Abbas y el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.

En otros conflictos bélicos las milicias palestinas lanzaron cohetes a Israel que cayeron dentro de Gaza, y según medios israelíes la Yihad Islámica lanzó proyectiles que incluso mataron a palestinos. Hasta el incidente de este martes se desconocía si las milicias palestinas tenían arsenal con capacidad para provocar este nivel de daño, en una explosión con semejante nivel de fallecidos que parece más propia de un misil.

Mahmud Abbas declaró el martes un duelo de tres días «en toda Palestina por las víctimas del brutal ataque aéreo». Israel impuso un asedio total de Gaza y bombardea este enclave de 362 kilómetros cuadrados y unos 2,4 millones de habitantes desde el letal ataque llevado a cabo contra su territorio el 7 de octubre por milicianos de Hamas.

Repudio y pedido de investigación

Biden, a bordo del avion presidencial rumbo a Israel, dijo estar «indignado y profundamente entristecido» por el ataque al hospital, e instruyó a su equipo de seguridad nacional indagar lo ocurrido. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo estar «horrorizado» por el ataque y recordó que «los hospitales y el personal médico están protegidos por el derecho internacional humanitario».

«Me he quedado sin palabras», fue lo primero que atinó a decir el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, antes de subrayar: «Aún no conocemos la magnitud total de esta carnicería, pero lo que está claro es que la violencia y las matanzas deben cesar de inmediato». El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, planteó que «un ataque contra civiles no está en línea con el derecho internacional».

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En Amán, la capital jordana, decenas de manifestantes trataron de ingresar a la embajada israelí. En la capital iraní Teherán, cientos de personas se congregaron frente a las embajadas de Francia y Reino Unido donde lanzaron huevos y gritaron «muerte» a los dos países europeos, mientras que miles más llegaron a la plaza de Palestina de la ciudad para expresar su ira.

«Las llamas de las bombas estadounidense-israelíes, lanzadas sobre las víctimas palestinas heridas en el hospital (Al Ahli Arab) de Gaza, van a devorar pronto a los sionistas«, disparó el presidente iraní Ebrahim Raisi citado por la agencia IRNA. Su gobierno anunció posibles «acciones preventivas» si Israel efectuaba una incursión terrestre en Gaza para atacar a Hamas.

Por su parte Egipto instó a Israel a «dejar de bombardear las cercanías del terminal de Rafah», un puesto fronterizo en el sur de la Franja, para permitir el ingreso de ayuda humanitaria «lo antes posible». Toneladas de material humanitario se encuentran bloqueadas en el desierto egipcio del Sinaí, a la espera de que se abra esa terminal, bombardeada cuatro veces por Israel desde el inicio de esta guerra.

Organismos internacionales advierten que los habitantes de Gaza se están quedando sin agua, alimento y combustible. Hay comida «para cuatro o cinco días», indicó este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA). «La situación es más catastrófica de lo que podía imaginar», advirtió Jamil Abdullah, un palestino-sueco que esperaba salir antes de tener que dormir en la calle. «Hay cuerpos tendidos en las calles, edificios que caen encima de sus residentes. Hay sangre por todas partes», relató Abdullah.

En Gaza «están robando la dignidad a la gente», lamentó el subsecretario general para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Emergencias de la ONU, Martin Griffiths. «Recién llegado a El Cairo entre informes de que una escuela y un hospital han sido atacados. Gaza está de rodillas. La salud, el agua y los sistemas sanitarios están colapsando», dijo Griffiths en la red social X, antes Twitter.

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Además de la explosión en el hospital, ataques aéreos en Gaza mataron este martes a decenas de personas en el sur del territorio, adonde buscaron refugio los civiles luego de que Israel los conminara a abandonar la zona norte de la región. La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) indicó que al menos 6 personas que se habían refugiado en una de sus escuelas murieron y decenas resultaron heridas.

Israel concentra tropas en la frontera para una esperada ofensiva terrestre, pero hasta el momento no se toma la decisión política de atacar. Israel evacuó ciudades cercanas a su frontera norte con el Líbano, donde el Ejército israelí intercambió disparos con el grupo Hezbollah, respaldado por Irán. Hezbollah convocó a que el miércoles sea un «día de ira» para condenar el supuesto ataque israelí al hospital gazatí.

El conflicto parece cada vez más lejos de terminar. Este martes Netanyahu pidió que el mundo se una a Israel contra Hamas. «De la misma forma en que el mundo se unió para vencer a los nazis debe unirse a Israel para vencer a Hamas», declaró «Bibi» en su encuentro en Jerusalén con el canciller de Alemania, Olaf Scholz.

En el otro extremo Hamas anunció la muerte de uno de sus comandantes militares, Ayman Nofal, en un ataque israelí en el campo de refugiados de Bureij, en el centro de la Franja. La de Nofal es una de las bajas más significativas sufridas por el movimiento islamista desde el inicio de la ofensiva israelí, desatada como respuesta al sangriento ataque por agua, aire y tierra del pasado 7 de octubre.

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