La empresa de Quilmes no pudo superar la crisis por la caída de las ventas y la suba de costos. Produjo 45 despidos y no pudo precisar cuándo pagará deudas e indemnizaciones.

La papelera Ansabo, ubicada en el partido de Quilmes, al sur del conurbano bonaerense, cerró sus puertas el lunes después de funcionar durante 60 años. Los 45 trabajadores que se quedaron sin empleo denuncian que les adeudan el pago del último sueldo, el aguinaldo y la indemnización por el despido. La tradicional empresa suma su nombre a la larga lista de firmas que cayeron en desgracia por la política económica de reducción del consumo, aumento de costos y apertura importadora. En lo que va del año cerraron 7.518 pymes -con menos de 100 empleados-, y la cifra se eleva a 15.424 firmas desde finales de 2015, según un informe del Centro de Economía Política (CEPA).

El 1º de julio la empresa le indicó a los trabajadores de Ansabo que se tomaran una quincena de vacaciones ante la crisis que atravesaba la compañía por la caída de las ventas y la dificultad para conseguir materias primas. El lunes, día en que debían reincorporarse, fueron citados por la dueña, quien les dijo que la fábrica iba a cerrar. “Nos explicó que por la grave situación económica habían utilizado estos días para buscar un inversor, pero no lo consiguieron”, contó Jonathan Bonomi, quien trabajaba hace 5 años en la fábrica, en el laboratorio de control de calidad del papel. La planta está ubicada en la localidad de Villa la Florida, al sur del partido de Quilmes.

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Con 60 años de historia, desde la papelera producían suministros industriales, y en el último tiempo se habían especializado en la venta de bobinas de papel a otra empresa que hacía cajas de cartón. Con el aviso del cierre de la fábrica, comenzaron a llegar los telegramas de despido. Los trabajadores denuncian que les deben el pago de la última quincena trabajada, la liquidación de las vacaciones, el pago del aguinaldo, el retroactivo de las últimas paritarias y la indemnización por despido. “Nos dijeron que a medida que puedan empezar a vender las máquinas van a intentar depositarnos el sueldo, pero no nos pudieron precisar cuándo nos indemnizarán”, agregó Bonomi.

De los 45 empleados, la mayoría tiene entre 20 y 30 años de antigüedad, informaron los empleados, quienes se encuentran reunidos en la vereda de la fábrica a la espera de cobrar el salario. “Hay operarios de más de 50 años que necesitan la indemnización para subsistir un tiempo porque les va a costar volver a insertarse en otro empleo”, opinó Bonomi. Los empleados de los tres turnos que tenía la empresa están averiguando si pueden recuperar la empresa bajo el esquema de una cooperativa de trabajo.

Más allá del contacto con la dueña de Ansalbo, los despedidos piden ser recibidos por autoridades del municipio de Quilmes, donde Martiniano Molina es intendente, o con autoridades del gobierno de María Eugenia Vidal. Este nuevo cierre se suma al de Eitar, metalúrgica histórica de Bernal, en el partido de Quilmes, que quebró en mayo y dejó a 220 personas en la calle.

El índice de producción industrial manufacturero muestra para el rubro productos de papel una caída del 4 por ciento en mayo en comparación con igual mes del año pasado, y una baja del 5.4 por ciento en el acumulado del año respecto al mismo período del año anterior. En lo que respecta a la capacidad instalada, el bloque de papel y cartón también registró una caída, ya que pasó de una utilización del 70,5 por ciento en mayo de 2018 a 64,8 por ciento este año. Ambos datos fueron publicados por el Indec durante las últimas dos semanas.

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