Otra jornada de violencia en el Ascenso argentino. Este domingo, la hinchada de Nueva Chicago protagonizó graves incidentes en la previa del duelo ante Temperley, válido por la fecha número 17° del torneo de la Primera Nacional. El inicio del encuentro se vio demorado los desmanes que se produjeron en una de las tribunas y, una vez que comenzó el partido, el árbitro se vio obligarlo a pararlo nuevamente.
Las corridas comenzaron en los minutos previos al inicio del duelo entre el Torito y el Gasolero. La barra local protagonizó desmanes que se iniciaron en la tribuna y que continuaron en los accesos al estadio. Incluso, se pudo ver a uno de los violentos escondiendo una faca en su cintura. Minutos antes, con esa arma blanca había apuñalado a, al menos, otras dos personas en medio de la gresca.
A pesar de los graves hechos, el encargado del operativo de seguridad consideró que las garantías estaban dadas y permitió el inicio del encuentro. El partido comenzó, pero el árbitro Emmanuel Ejarque se vio obligado a pararlo a los dos minutos porque las peleas entre las facciones habían recrudecido.
“Hay palos, están tirando botellas. Acá hay familias, hay niños y no podemos seguir así”, manifestó el juez mientras esperaba que las fuerzas de seguridad calmaran los ánimos. En tanto, el arquero de Temperley, Federico Crivelli, dijo: “No es por nosotros, es por la gente, se van a matar entre ellos. La idea es que sea una fiesta, un partido de fútbol. No necesitamos más muertes en una cancha”.
Cuando los ánimos parecieron calmarse, y luego de unos diez minutos de suspensión, el partido se reanudó. A los pocos minutos, González marcó el gol con el que Temperley se impone por 1-0 en Mataderos.
