Las escuelas comenzarán este año las clases con un nuevo actor que podría revolucionar la manera en que se evalúa, se enseña y se aprende: el ChatGPT (Chat Generativo Previamente Entrenado, por sus siglas en inglés), un bot (robot) impulsado por inteligencia artificial (IA).

La herramienta fue presentada en noviembre pasado por la startup OpenAI, y en semanas se convirtió en viral. Los chatbots existen desde hace tiempo utilizando un software que simula mantener conversaciones con los usuarios al proveer respuestas automáticas previamente establecidas

Pero ChatGPT es otra cosa: interactúa con los humanos de una manera convincente, es un buen conversador que corrige sus errores, brinda respuestas extensas y reflexivas a preguntas e indicaciones y hasta pide disculpas.

Tiene un lenguaje extremadamente hábil ya que ha sido entrenado con miles de millones de palabras en línea que le permiten crear todo tipo de respuestas, desde poemas a partes de códigos informáticos.

Se le puede pedir de todo: escribir un texto como si se tratara de un redactor de La Voz o como si fuera Umberto Eco, y lo hará basándose en las producciones previas de esas personas ya que sus algoritmos detectan patrones disponibles en la red, lo que le permite producir un nuevo texto.

Los lectores de esta nota pueden hacer su prueba ingresando a Chat.openai.com.

Por supuesto que el chat no es infalible (aunque “autoaprende”) porque su conocimiento es sobre el lenguaje y desconoce conceptos.

De todos modos, el potencial es enorme aunque a muchos les preocupa que difunda información errónea, repita calumnias o discrimine por sesgo (no olvidemos que la IA se basa en los datos que los usuarios “regalamos” todo el tiempo a través de las redes sociales y que el bot se vale de nuestro lenguaje, parcial o a veces racista). En educación, como es lógico, también hay cierto temor a las eventuales trampas del alumnado a la hora de presentar trabajos escolares.

El debate está instalando en todo el mundo. El estado de Nueva York fue el primero en prohibir su uso en las escuelas al detectar casos de engaño en los exámenes y al considerar que “desalienta el pensamiento crítico”; le siguió la ciudad norteamericana de Seattle y el Instituto de Ciencias Políticas de París.

La discusión sobre si esta medida es razonable o no está servida sobre la mesa y ya hay quienes consideran que urge un cambio en el sistema de evaluación, con pruebas presenciales y escritas para evitar el uso del bot. ¿Será suficiente?

“Cada tecnología nueva con aplicaciones en educación y en las escuelas, siempre ha generado debates y tensiones. Por caso, en la antigua Grecia, Sócrates rechazaba la enseñanza de la escritura –una de nuestras primeras tecnologías– por considerar que atentaba contra la memoria. Del mismo modo, en los años ‘80 algunos sectores rechazaban la inclusión de las computadoras en las escuelas por temor a que reemplazaran a los docentes o el uso de las calculadoras por la amenaza al desarrollo de un pensamiento algorítmico”, explica Cecilia Martínez, doctora en Educación, profesional adjunta de Conicet y docente de la UNC.

Sin embargo, nada de eso ocurrió. Por el contrario, remarca Martínez, la tecnología colaboró a desarrollar procesos de pensamiento más complejos, ya que las máquinas pueden resolver muchas cuestiones mecánicas. “Saber leer y escribir nos permite manejar un repertorio de información imposible de ser guardado exclusivamente por la memoria”, apunta. La tecnología, en este sentido, permite compartir esa información y acceder a lo que otros han producido y pensado.

Pero el ChatGPT va un poco más allá y estaría moviendo las estructuras establecidas. De alguna manera, piensa Martínez, pareciera atentar contra funciones cristalizadas de la escuela moderna como la búsqueda y reproducción de la información y construcción de textos con sentido.

¿Qué pasará entonces con la creatividad, con las artes, la docencia, la literatura? Los celulares, y por ende el ChatGPT, ¿deben quedar adentro o afuera de las aulas?

“Hoy nos enfrentamos a una revolución tecnológica caracterizada principalmente por la irrupción de la IA a una velocidad exponencial, lo cual exige un aprendizaje continuo y veloz a lo largo de toda la vida. En este contexto y teniendo en cuenta que el mundo digital es indivisible del analógico, prohibir los celulares en los colegios debido a la irrupción de ChatGPT lo considero un arrebato, ya que la comunidad estudiantil seguirá utilizándolos cada vez más, sólo que con menor mediación de los adultos, en este caso de docentes”, apunta la psicopedagoga Mariana Savid, especialista en educación familiar digital.

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Usos educativos

Pese a todos los temores, algunos investigadores ven en el ChatGPT un nuevo abanico de posibilidades educativas.

Martinez explica que para el experto en educación a distancia Mehmet Firat, el ChatGPT puede mejorar el acceso a material y contenido para estudiantes autodidactas porque además de ofrecer ejercicios interactivos seleccionados, GPT entrega sugerencias de materiales de lectura.

La profesora de la UNC también cita los trabajos de Travis Pickell y Brian Doak, de George Fox University (Oregon, Estados Unidos), donde plantean la necesidad de que los docentes conozcan qué puede producir el ChatGPT y cuáles son sus limitaciones para, así, solicitar tareas que no podrán ser ejecutadas por el bot.

El Chatbot GPT3 está revolucionando la educación en todo el mundo, y cosecha voces a favor y en contra. (Foto: EMT)
El Chatbot GPT3 está revolucionando la educación en todo el mundo, y cosecha voces a favor y en contra. (Foto: EMT)

Por ejemplo, una opción es comparar procesos previos a 2021 con otros de 2022, ya que el ChatGPT tiene información guardada hasta 2021. También es posible indagar sobre la propia experiencia de los estudiantes en relación a un fenómeno o transferir conceptos a una nueva situación.

Como dice Cecilia Martínez, plantear preguntas que requieran demanda cognitiva de alto orden como crear, comparar y contrastar, pensar soluciones a situaciones problemáticas situadas y locales, aplicar conceptos a diferentes procesos y no limitarse a recuperar y reproducir datos. “En ese sentido, el ChatGPT traccionaría a que los docentes elaboremos consignas de trabajo que requieran de un pensamiento más complejo”, apunta la experta.

Por su parte, Mariana Savid considera crucial entrenar y fortalecer las habilidades socioemocionales y la flexibilidad. “Donde todas las respuestas ya están dadas, aprender a ser más humanos hará la diferencia. La convivencia con robots es un hecho, el desafío será aprender a hacernos buenas preguntas que nos sirvan de guía para abordar la educación con un enfoque más amplio, que fomente la reflexión, el pensamiento crítico y la comprensión profunda, que favorezca el desarrollo integral y no se convierta en un obstáculo”, opina.

Savid considera que la irrupción de este modelo de IA es una oportunidad para mejorar los procesos de enseñanza. “En lugar de reducir la calidad de la educación, el ChatGPT la complementará y perfeccionará. La clave está en en invitar a los estudiantes a usarlo durante las clases para mejorar su escritura, permitir los celulares en los exámenes para consultar textos y buscar contenido, crear situaciones en las que tengan que debatir, escucharse, negociar y tomar decisiones argumentando crítica y reflexivamente sus respuestas, de esta manera evitamos que se aprovechen de esta herramienta y aprendan a manejarla adecuadamente”, piensa.

Cómo detectar trampas

Uno de los mayores temores que se manifestaron en las redes sociales por estos días es que los estudiantes hagan trampa buscando la solución más rápida, que sería preguntarle al chat lo que le piden en los trabajos escolares. ¿Será posible detectar el fraude?

Martínez explica que los profesores Kathy Hirsh-Pasek y Elias Blinkoff de Temple University (Pensilvania, Estados Unidos) que ya han probado el Chat GPT con preguntas de trabajos prácticos observan que es posible identificar el texto producido por un robot debido a la superficialidad del tratamiento de los temas o la falta de referencias a diferentes fuentes. Tampoco puede elaborar textos que interpelen a los lectores y que movilicen emociones ni resuelve preguntas de transferencia o crea producciones nuevas a partir de un concepto.

En general, los docentes (de inglés y de electromagnetismo, en este caso) que realizaron la prueba encontraron que podrían aprobar un trabajo hecho por el chatbot pero con una nota baja.

“Una opción para trabajar con el ChatGPT sería modificar los criterios de evaluación y considerar para la valoración final las producciones que incluyan los elementos que el bot no puede producir tales como la perspectiva crítica (de género, ecológica, histórica) análisis, comparación y contraste con diferentes fuentes, descripción de detalles, ejemplos, aplicaciones, formulación de hipótesis, o planteamiento de nuevas posibilidades y escenarios, defensa argumentativa de las premisas escritas y planteamiento de problemas y soluciones”, sugiere Martínez.

En ese sentido, sostiene, algunos docentes aconsejan usar el ChatGPT como un primer borrador en donde se haga un punteo de ideas y dejar el trabajo de producción crítica y analítica de los textos para el alumnado.

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Cecilia Martínez plantea, además, que el uso y reflexión sobre lo que el Chat GPT puede y no puede hacer contribuiría a la enseñanza de sistemas de Inteligencia Artificial.

La IA claramente llegó para quedarse y evolucionará. Ya hay proyectos similares en ejecución de otros gigantes tecnológicos. Con lo cual no queda más remedio que actualizarse y estar informado.

En efecto, el Consenso de Beijing Sobre la Inteligencia Artificial y la Educación, elaborado por representantes de la Unesco en 2019, reconoce que la IA se seguirá desarrollando y atravesará diferentes dimensiones de la vida social.

“Está siendo usada por la administración pública para decidir quienes reciben qué tipo de subsidios, o seleccionar a personas para diferentes posiciones. Por tanto, es imprescindible que la ciudadanía comprenda de qué se tratan estos sistemas para tener una posición crítica sobre ellos”, subraya Martínez. Y enfatiza que para enseñar Inteligencia Artificial en las escuelas es necesario enseñar computación, “porque la inteligencia artificial es una rama de la computación”.

En este punto, Martínez concluye que el desarrollo tecnológico invita –y casi que obliga– a los educadores a “subir la vara”, a trabajar en las aulas el pensamiento de alto nivel (crítico, creativo, analítico, de producción) y a abordar sistemas de cómputo como la IA.

Las ocho plataformas de IA más innovadoras

¿Cuáles son algunas de las plataformas que utilizan inteligencia artificial y que están disponibles para crear textos, videos o imágenes?

La psicopedagoga Mariana Savid, especialista en educación digital familiar, elaboró un listado acotado de lo que se está usando. En esta página, hay muchas más: https://aifindy.com/categorias/musica-audio-voz

Producción de videos

Synthesia. Es una plataforma de creación de video de IA que, según su página web, ayuda a “ahorrar costos en cámaras, micrófonos y actores y, por supuesto, innumerables horas de lluvia de ideas”. Permite crear videos profesionales a partir de un texto en más de 50 idiomas. También ofrece una presentación de video animada única donde el usuario puede elegir entre más de 50 avatares. Tiene una amplia gama de plantillas y está disponible con planes a partir de 30 dólares mensuales.

Lumen5. El lector puede crear rápidamente videos para temas de actualidad como marketing digital o desarrollo de marca. Convierte las publicaciones de un blog en videos usando inteligencia artificial. Cuenta con una enorme biblioteca de contenido, ofrece acceso a millones de fotos, películas y archivos de audio. Las plantillas permiten a los usuarios personalizar cada video con un logotipo único, una marca de agua, fuentes. Es ideal para utilizar en cualquier red social. Para usarla sólo es necesario registrarse con un correo electrónico y contraseña.

Creación de texto

Chat GPT. Es el bot más potente del mundo. Fue desarrollado por el laboratorio OpenAI, una empresa centrada en IA. Este modelo de lenguaje, capaz de generar respuestas coherentes a preguntas variadas fue lanzado en noviembre de 2022. El bot fue un éxito instantáneo. Chat GPT ha sido entrenado con millones de textos y conversaciones, lo que le permite comprender el contexto, responder de manera relevante y crear contenidos a partir de una serie de indicaciones. Tiene la capacidad de entender diálogos complejos de diferentes tipos de contenido.

Google Sparrow IA. Es un chatbot de inteligencia artificial diseñado por Google para ser la alternativa comercial de ChatGPT. El lanzamiento se realizó en forma beta privada, por ahora solo para algunos. Sparrow de DeepMind Google ayuda a obtener información bien organizada y de calidad y está diseñada para aprender de las conversaciones que mantenga con los usuarios. A diferencia del ChatGPT, el bot entiende el lenguaje natural del usuario y comprende la intención de la frase para proporcionar una respuesta más acertada. También gestiona diálogos ya que sabe gestionar situaciones complejas y relacionar información usando varias plataformas. Puede manejar toda la conversación de principio a fin.

Generación de imágenes

DALL-E 2. Es una herramienta de generación de imágenes por medio de IA. Es posible indicarle qué queremos que nos dibuje, y creará una imagen única basada en la descripción que le hayamos dado. La herramienta está basada en GPT-3, un complejísimo modelo de lenguaje que ha sido entrenado con miles de millones de parámetros. La IA siempre generará imágenes basadas en una amplia biblioteca de obras de arte y experiencias recopiladas de Internet. Es capaz de combinar conceptos, atributos o estilos. Es de acceso gratuito, pero con un sistema de créditos: se gasta uno por cada uso. Los nuevos usuarios disponen de 50 créditos sin costo, y cada mes están disponibles 15 más.

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Creación de texto a sonido

Tex to speech. La IA puede leer textos en voz alta y reproducirlo en varios idiomas; pronto podrá hacerlo de lenguas desaparecidas.

VALL-E. Es una IA capaz de reproducir la propia voz de forma casi idéntica solo con escuchar hablar a una persona durante tres segundos. Puede imitar emociones, ambiente acústico y énfasis en las frases.

Riffusion. Crea música a partir de indicaciones de texto y lleva a otro nivel la innovación al utilizar “imágenes de audio”. El resultado se ofrece mediante espectrogramas o representaciones visuales de audio que muestran la amplitud de diferentes frecuencias a lo largo del tiempo. Es una aplicación web gratuita.

Almaya. Permite compartir el legado personal, historia de vida, anécdotas, aprendizajes con la gente que se desea. Es único, privado y encriptado. A través de un camino guiado es posible crear contenido original, a través de videos y notas de voz.

Cómo se usa la Inteligencia Artificial en las universidades

Con la irrupción del Chat GPT la Inteligencia Artificial desbloqueó un nuevo nivel de desarrollo y masividad. Usuarios de todo el mundo “juegan” con esta aplicación dándole direcciones de todo tipo para comprobar en sus respuestas errores, aciertos y hasta originalidad.

Recientemente un usuario le pidió que escribiera un poema como si fuera García Lorca y Chat GPT lo hizo con cierto éxito sin entrar en una valoración literaria.

¿Qué implicancias puede tener entonces la aparición de esta nueva tecnología en la educación universitaria donde el foco está puesto en el desarrollo del pensamiento crítico y la innovación?

Para el exrector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y especialista en Inteligencia Artificial, Francisco Tamarit, el Chat GPT “es una novedad más dentro de una área de la tecnología que vino para quedarse”.

En ese sentido reconoce que la comunidad universitaria debe dar un debate al respecto. “Posiblemente en algunos casos se tengan que adaptar los métodos de evaluación”, apunta el doctor en Física.

El Chat GPT también puede convertirse en una oportunidad para el aprendizaje. “A veces uno aprende mucho más en un diálogo que leyendo. Sabemos que la clase presencial se enriquece cuando hay interacción y lo que plantea esta herramienta es un diálogo”, señala Tamarit.

Por su parte, el ingeniero y director de Ingeniería informática de la Universidad Blas Pascal, Waldo Geremia, apunta que el Chat GPT supone un desafío para todo el sistema educativo.

“Esta es una gran oportunidad para renovarse. Ahora necesitamos también que los docentes nos pongamos a la altura de estos desafíos”, dice Geremia.

“Los docentes tendremos que generar mejores herramientas para evaluar los resultados del aprendizaje”, señala el ingeniero respecto a las posibilidades de plagio y agrega que su incorporación a la educación es ineludible.

“Si uno se va más atrás, el debate empieza con la calculadora. Sería mejor que los alumnos sepan cómo hacer un cálculo, pero también es importante que sepan usar la calculadora y sus funciones”, dice el especialista y apunta a que lo central es incentivar la creatividad y que el docente no pierda la motivación.

Es decir que lo importante es saber cómo usar el Chat GPT y saber lo que está detrás de eso.

Por su parte, Tamarit advierte sobre algunos riesgos que puede tener el motor de búsqueda. “Hay que tener cuidado con los sesgos. En este caso parece que se han tomado esos recaudos. Sesgo significa que una predicción tiene una tendencia a apartarse de lo que corresponde”, señala.

“Sería interesante que todas las universidades discutieron abiertamente cuáles son sus peligros y virtudes. Por primera vez vemos que los dispositivos están concentrados en pocas manos y cuenta con muchos datos e información personal”, advierte.

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