Desde muy pequeña, junto a su familia, perteneció a la iglesia La Luz del Mundo. Estuvo cerca de su entonces líder Samuel Joaquín Flores, vivió el acoso y abuso. Después, fue la asistente personal de Joaquín Naasón García, hoy procesado en Estados Unidos por más de una veintena de cargos, incluida trata de personas, pornografía infantil, violación de menores. Ahora habló por primera vez del escándalo sexual al interior de la congregación a la que acabó denunciando.
Se trata de Sochil Martin, de 33 años y californiana de nacimiento. Ella fue la primera mujer que dio un paso adelante y denunció ante las autoridades de su país la situación que se vivía en la iglesia: los constantes maltratos, abusos sexuales, violaciones y los pedidos de sus líderes para satisfacer sus deseos.
Y es que Martin, con nueve años, fue una de las víctimas más jóvenes de Joaquín Flores, que era el líder de la iglesia cuando la mujer fue informada por un familiar que había sido elegida para servirle. El proceso por el cual los líderes eclesiásticos convencían a las menores a través de citas bíblicas para que bailaran de manera erótica y concretaran los pedidos sexuales de los hombres se conocía como “consagración”.
Los detalles fueron compartidos por la mujer en una entrevista con Univisión Noticias. Es la primera vez que la mujer habla públicamente y no en un banquillo de la Corte Superior de Los Angeles. Su testimonio, sin embargo, junto al de otras cuatro mujeres (tres menores) que decidieron denunciar, permitió la captura de Naasón Joaquín García en junio de 2019.
Para la mujer relató que Samuel Joaquín usaba la historia de cuando al rey David le llevaron una joven hermosa y virgen para cobijarlo debido a que sufría por las bajas temperaturas, las víctimas se cuentan por montones.
Entre las acusaciones contra Naasón Joaquín se encuentra el de distribución y posesión de pornografía infantil, violación y abuso de menores de edad, trata de personas, entre otros, incluido trabajo forzado y crimen organizado.
De acuerdo con el relato de Martin a Univisión Noticias, ella creció para convertirse en asistente personal de Naasón Joaquín, el hijo de su abusador y sucesor como líder internacional de la Luz del Mundo. “Nos pedía explícitamente a quiénes buscar, cómo buscarlas”, dijo. Se refiere a las menores que solicitaba el así llamado “Apóstol de Cristo”.
De acuerdo con la mujer, las “doncellas”, como se les llamaba a las “elegidas” por el líder, eran convocadas a los 10 y 11 años en los diferentes templos que tiene la iglesia. “Las comenzaba a llamar para palticar con ellas”, contó.
Una vez que les lavaban el cerebro a las niñas, comenzaba otra etapa, donde, con 13 o 14 años, Naasón Joaquín las recibía en su habitación. “Niños también, no sólo son niñas”, destacó. En esta etapa, según Martin, una de personas más cercanas al líder era vital: Azalea Rangel García.
“Ahí es cuando alguien como Azalea, alguien con otro rango, ya las lleva a su recámara para estar con él”, explicó Martin, que detalló cómo incluso hijos, nietos y sobrinos de obispos y pastores también eran víctimas, pero que, en su fanatismo, lo consideraban “una bendición» y no un crimen.
De acuerdo con el relato de la mujer de 33 años, la situación estaba tan normalizada que los menores entraban y salían a altas horas de la madrugada “y nadie dice nada porque deciden no creerlo”.
Hasta ahora, la iglesia ha rechazado todas las acusaciones y Naasón Joaquín se ha declarado no culpable en Estados Unidos. Sin embargo, el proceso sigue adelante e incluso la Fiscalía ha citado a dos de los agentes que investigan el caso para declarar sobre el contenido de los dispositivos encautados.
De acuerdo con medios locales, entre los celulares y demás aparatos electrónicos que se le requisaron a Naasón Joaquín y a las dos mujeres que iban con él, que también fueron detenidas, se encontraron miles de fotos y videos que serían fundamentales para probar las acusaciones en su contra.
La Luz del Mundo, mientras tanto, mantiene a su líder y, en los meses posteriores a su detención, los fieles de la congregación se han manifestado en su favor. En diferentes ocasiones, los portavoces de la iglesia han mostrado su apoyo innegociable con el acusado.
Incluso, en septiembre pasado, recordaron a sus fieles que tienen la libertad de dejar de ser miembros de la congregación si así lo consideraban.
