Kicillof firmó un decreto que permite ampliar el horario de no circulación y suspender las clases de “modo temporario”.
El promedio diario de casos en la Provincia se disparó esta semana cuando llegó a los 12 mil contagios el viernes, la marca más alta hasta ahora. Ese crecimiento, que se refleja también en la ocupación de camas de terapia intensiva, que ya es del 69% en el AMBA, preocupa al Ejecutivo y también a otros sectores de la salud pública y privada, las obras sociales y los sindicatos, que ayer advirtieron en un comunicado conjunto que el sistema “tiene un límite” y que “cada vez se está más cerca de alcanzarlo”.
Frente a este panorama crítico, tanto el ministro de Salud, Daniel Gollán, como su viceministro, Nicolás Kreplak, advirtieron el mismo viernes que las restricciones que están vigentes son «medidas mínimas». Y que hay que evaluar si son suficientes para reducir la circulación del virus.
En este punto, el decreto firmado por Kicillof prepara el terreno para sumar medidas más estrictas si fuera necesario. Por un lado, y en línea con el decreto 235 de Nación, autoriza al jefe de Gabinete, Carlos Bianco, a ampliar la veda para circular por un lapso de hasta diez horas. Hoy es de seis. Además, faculta a Bianco y a la directora general de Cultura y Educación, Agustina Vila, a «suspender en forma temporaria las clases presenciales, así como a reiniciarlas en función de la evaluación del riesgo epidemiológico».
El objetivo del gobierno es completar en estas tres semanas la vacunación del primer grupo prioritario del plan Vacunate. Ese «primer hito», como lo definen en el Gabinete, está compuesto por 2,2 millones de bonaerenses, entre los que se incluye el 100% del personal de salud, la mitad de los docentes, los mayores de 70 años y los menores de 60 con comorbilidades. Hasta ayer se llevaban aplicadas 2.072.043 vacunas sobre un total de 5.791.328 inscriptos.