Hace tres semanas que la familia Báez Sosa vive un infierno. Su único hijo, Fernando, fue asesinado a golpes por una patota de rugbiers oriundos de Zárate. Como si la muerte de su hijo no hubiera sido suficiente, durante la tarde del martes 10 de febrero, Silvino Báez y Graciela Sosa tuvieron que soportar que liberaran a dos de los detenidos por el crimen. “Fue duro, pero sabíamos que podía llegar a pasar”, aseguró el papá de Fernando acerca de la salida de Alejo Milanesi y Juan Guarino de la Unidada N° 6. A su mujer, la noticia tampoco le cayó muy bien. “Volvió temblando. Es muy difícil. Tratamos de estar de pie para luchar por nuestro hijo”, acotó Silvino visiblemente dolido.

Esta tarde, el matrimonio Báez Sosa hizo una convocatoria a una marcha desde la puerta de su domicilio, en el barrio de Recoleta. La que habló esta vez fue Graciela Sosa. De pie frente a las cámaras, la mujer se calzó los anteojos y leyó una carta. “La violencia es un flagelo que arrasa y destruye sin distinción alguna. No hay religión, clase social, nacionalidad, raza o edad que la fren. Por eso queremos decir ‘Basta de violencia’ con energía y decisión para que se escuche en cada rincón de la Argentina”, arrancó. Atrás suyo, en silencio, la acompañaba su marido y varios vecinos con carteles que pedían “Justicia por Fernando”.

“Queremos que nuestro mensaje llegue a cada familia y a cada ciudadano que quiera sumarse a este pedido de condena a la violencia”, sostuvo la mamá de Fernando que, además, manifestó que está recibiendo mucho apoyo de la gente. “Me hacen llegar cartas, rosarios, flores”, contó emocionada. Reveló que esta semana le devolvieron la valija con la que Fernando se había viajado a Villa Gesell para pasar unos días con sus amigos.

“No fue fácil sacar la ropa. Había prendas sin lavar. No podía dejar de olerlas… me tiraba encima. ¿Por qué le hicieron esto a mi hijo? ¿Por qué?”, dijo con la voz quebrada y volvió a hacer hincapié en la marcha.

No es la primera vez que los Báez Sosa reclaman Justicia por su hijo. El pasado 23 de enero encabezaron junto a la novia de Fernando, una sentada pacífica en la puerta de su domicilio en barrio Norte. En el inicio de la concentración se rezó un Padre Nuestro en voz alta y luego, en forma inmediata, se pidió “Justicia” y “Perpetua” para los asesinos. Hubo velas blancas y carteles con el rostro del joven asesinado a patadas en la puerta del boliche Le Brique de Villa Gesell.

El 1 de febrero, el matrimonio volvió a movilizarse, pero en el barrio de Caballito. La llamaron “la marcha de silencio” y fue en el parque Rivadavia. Graciela y Silvino, vestidos ambos con una remera blanca que tenía estampado el rostro de su hijo, caminaron rodeados de vecinos y amigos que llevaban carteles en sus manos también con la cara del chico y la leyenda “Justicia por Fernando, asesinado en Gesell”.

Mirá También:  Crimen de Frenando: un obispo encabezó una misa frente al boliche Le Brique y leyó una carta del papa Francisco

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *