Este domingo cientos de militantes bolsonaristas tomaron el Congreso nacional de Brasil e irrumpieron en la Casa de Gobierno y en la Corte Suprema, con el objetivo de armar un golpe de Estado contra Lula da Silva. Y mientras el Gobierno argentino, repudió el accionar antidemocrático de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, parte de la derecha argentina aprovechó para mostrar su simpatía por los golpistas brasileños.

Uno de los que intentaron enmarañar los acontecimientos golpistas de Brasil fue Javier Milei. El diputado ultraderechista se valió de una fake news en Twitter -elaborada por el portal La Derecha Diario- en el cual se describe al ataque antidemocrático como una «masiva protesta reclamando que frenen las medidas dictatoriales de Lula”.  Milei siempre buscó ser un aliado a Jair Bolsonaro, tanto al apoyar su campaña a la reelección como también siendo anfitrión en la visita de su hijo al país, hace unos pocos meses atrás.

Si bien fue el más explícito, Milei no fue el único dirigente argentino que mostró simpatía por los ultraderechistas brasileños. Días atrás Francisco Sánchez, el legislador del PRO que había pedido la pena de muerte para Cristina Kircher, comentaba durante la asunción de Lula que el líder del Partido de los Trabajadores debería ir preso y destacaba a Bolsonaro por haber huído a Estados Unidos horas antes del traspaso presidencial.

Macri y Bullirch, mismo discurso

Por su parte, después de cinco horas de demora, Mauricio Macri repudió el hecho antidemocrático contra el gobierno de Lula. Pero usó su publicación para comparar el ataque al Congreso de Brasil con el pedido de juicio político del Frente de Todos contra los jueces de la Corte Suprema, a lo que él consideró como un mecanismo político antidemocrático «igualmente brutal» que la invasión al Parlamento brasileño.

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Patricia Bullrich simuló a Macri, tanto con la demora de su publicación como también con la extraña acusación contra el Gobierno nacional. En este caso, la presidenta del PRO salió a confrontar con Alberto Fernández, al considerar que el mandatario argentino -y mandatario de la Celac- solo podría opinar de Brasil «si retira el pedido de juicio político a la Corte». En su posteo -también al igual que Macri- pareció olvidarse de incluir los lazos comunicantes entre el hombre de confianza de Horacio Rosatti con Marcelo D’Alessandro, el todavía ministro de Seguridad porteño.

Por último, el caso de Jorge Fauri es particular. El excanciller de Mauricio Macri rechazó el ataque al Congreso de Brasil, aunque puso en duda que los golpistas sean militantes de Bolsonaro. Y, de yapa, eligió caracterizar a los grupos violentos como «populistas».

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