En la Córdoba de la tasa de desocupación más alta del país, un gremio cuyos afiliados tienen garantizado que nunca se quedarán sin trabajo –y que cobrarán puntualmente, aun cuando pasen semanas enteras de asambleas y quite de colaboración– advierte que con sus protestas va a “hartar a los contribuyentes, a los comerciantes y a los otros laburantes”. Todo ello hasta conseguir un aumento salarial que saben de antemano que tendrán en las próximas semanas. Como ocurre cada seis meses.

Los contribuyentes a los que se refirió Rubén Daniele, el enardecido titular del Suoem, son quienes pagan los impuestos que sustentan los sueldos municipales. Los comerciantes a los que hizo referencia, son los miles de particulares desesperados porque los cortes de calles del gremio los dejan sin ingresos. Los “otros laburantes”, son quienes tienen sueldos mucho más bajos que los de los municipales y, además, enfrentan el riesgo permanente del desempleo.

La épica que Daniele pretende darle a esa verdadera cruzada por el presupuesto municipal está sustentada por el esfuerzo de los perjudicados por esas medidas de fuerza. Como siempre. Es tan viejo el truco que ya no sorprende: se repite desde hace 40 años, y en muchas ocasiones dejó a la ciudad sin recursos para casi nada que no sea pagar sueldos.

Ayer los afiliados al Suoem cobraron sus salarios de septiembre con aumento, porque terminó de impactar en el básico la última paritaria. En agosto, el salario bruto promedio de los municipales había sido de 302.134 pesos, un 58 por ciento más que en enero, cuando el salario bruto fue de 191.309 pesos.

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En octubre volverán a negociar un aumento, como ocurre cada seis meses.

El problema es que el Suoem no quiere discutir salarios: quiere volver a discutir el presupuesto municipal, como lo hizo por años. En esas negociaciones –siempre forzadas por “conflictos que hartan”– llegaron a quedarse con el 70 por ciento de los recursos y la ciudad no tuvo para obras ni para plazas; ni siquiera para plantines.

De eso se trata este conflicto ya vivido mil veces por los cordobeses.

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