Un periodista reveló una serie de documentos que indican que el Reino Unido desplegó armas nucleares durante la Guerra de Malvinas en 1982.

Un periodista británico reveló este lunes que el Reino Unido desplegó armamento nuclear en por lo menos algunas de las embarcaciones utilizadas en el Atlántico Sur durante la Guerra de Malvinas, entre mayo y junio de 1982.

Richard Norton Taylor, ex periodista de The Guardian, publicó un extenso artículo titulado «Desclassified UK», que revela datos sobre el armamento utilizado por el Reino Unido durante la Guerra llevada a cabo hace cuatro décadas.

Como uno de los datos inéditos de la Guerra de Malvinas, el escritor señala que, para mediados de mayo de 1982, el portaaviones británico HMS Hermes tenía 18 armas nucleares a bordo y el portaaviones Invincible (Invencible) llevaba a bordo 12; mientras que el barco auxiliar de la Flota RealRegent, poseía una; «los barcos estaban dentro de la ‘Zona de Exclusión Total’ impuesta por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas», dicen los documentos.

La desclasificación, y la publicación de Norton Taylor, coinciden con los 189 años de la ocupación británica de las Islas Malvinas que se cumplen este lunes y con los anuncios del Gobierno nacional sobre cuáles serán sus actividades al cumplirse, en abril, los 40 años del conflicto bélico.

Lo visto en los documentos permite completar la historia relatada con lujo de detalles ya que, en 2003, Gran Bretaña admitió que varios de los barcos que la ex premier Margaret Thatcher envió al Atlántico Sur para desalojar por la fuerza a los militares argentinos, llevaban armas atómicas.

Ese mismo año, el Ministerio de Defensa del Reino Unido también reconoció que hubo «incidentes» en el transporte de esas armas, como contenedores dañados en sus traslados, sin que se perjudicara el armamento.

También de ello escribió el profesor Sir Lawrence Freedman, el historiador oficial británico de la Guerra de las Malvinas, cuando reconoció que desde Gibraltar fueron despachadas armas nucleares a las islas.

El periodista señala que la cuestión contenida en los Archivos Nacionales de su país estaba marcada como «Atómico de Alto secreto». Y que esta cuestión causó «pánico» y discusiones entre los funcionarios de Londres sobre los daños físicos que las armas podían causar y también sobre el tipo de decisiones políticas que les convenía o no tomar.

Señala que un acta del Ministerio de Defensa fechada el 6 de abril de 1982, se refirió a la «gran preocupación» de que algunas de las «bombas nucleares de profundidad» pudieran «perderse o dañarse y el hecho se hiciera público».

El acta, agregó Norton Taylor, decía que “las repercusiones internacionales de tal incidente podrían ser muy dañinas”. Entonces se instaló una disputa entre el Ministerio de Defensa y el Foreign Office (Relaciones Exteriores), que pidió a los primeros que «desarmara» el armamento. Pero la Marina se negó, señala Norton en «Declassified UK».

A raíz de esto, el Foreign Office se preocupó porque la presencia de armas nucleares en el Atlántico Sur violaría el Tratado de Tlatelolco de 1967, que estableció una zona libre de armas nucleares en América Latina y las aguas circundantes, incluidas las Malvinas.

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