Un operativo de fiscalización realizado por la Secretaría de Comercio el último viernes permitió detectar maniobras de acopio de aceite por parte de una importante firma mayorista. Mientras la empresa tenía en sus depósitos una importante cantidad de producto (casi 15 mil unidades), mantenía faltante de stock en las góndolas donde se abastecen sus clientes (en muchos casos, comercio minoristas de barrios). Un mes y medio atrás, las autoridades habían detectado en esta misma empresa mayorista y en otras cuatro, sobreprecios en la venta de aceites de girasol y mezcla de hasta el 101 por ciento, un producto que reciben subsidiado por el acuerdo de fideicomiso vigente con la industria aceitera.

Los operativos de fiscalización realizados el último viernes identificaron que la empresa mayorista Yaguar no ofrecía aceites comestibles en sus góndolas, pero los estaba acopiando en sus depósitos. Este hecho fue detectado en el local que la citada empresa posee en la avenida Juan Bautista Alberdi 4550 en el barrio Parque Avellaneda, de la Ciudad de Buenos Aires.

El objetivo del equipo de inspectores de la Secretaría que conduce Matías Tombolini, era verificar stocks y precios de los productos incluídos en el fideicomiso vigente con la industria aceitera, por el cual (con fondos que deben aportar los exportadores de granos y aceites) se subsidia el valor de los granos y oleaginosas que compra la industria para destinarlo a la producción de aceite comestible, harinas y fideos para el mercado interno. En el caso de las marcas de aceite incluidas en el fideicomiso, los mayoristas las pagan, a precio subsidiado, con un descuento de hasta el 45 por ciento.

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El fideicomiso aceitero privado es una herramienta que está vigente desde febrero de 2021 con el objetivo de mantener una oferta en góndola a precios desacoplados de los vaivenes de las cotizaciones de los commodities en el plano internacional.

Tras detectar faltante de aceites en particular en las góndolas de atención a los clientes, se realizó la inspección de los depósitos de Yaguar y allí se encontraron 12.600 unidades de aceite de girasol marca Legítimo de 1,5 litro, más 1.725 unidades de aceite Cocinero mezcla, de 900 ml.

«Con esta maniobra, la empresa se garantiza el stock de los productos, para luego venderlo a los usuarios a un precio mayor al acordado», explicaron desde la Secretaría de Comercio. Durante los próximos días, se analizarán las sanciones que le pueda corresponder a Yaguar por las maniobras detectadas.

Mayoristas bajo la lupa

El operativo de controles sobre empresas mayoristas busca corroborar la existencia de irregularidades en la comercialización de productos de firmas que están adheridas a Precios Justos y al fideicomiso aceitero. Hubo retieradas quejan de entidades del comercio minorista acerca de lugares de venta mayorista en los que «el precio que nos piden por el producto es mayor que el precio de venta al público fijado en Precios Justos». También denunciaron la falta de productos de consumo masivo y habitual (desabastecimiento) o «la obligación de comprar» otra serie de productos no incorporados a Precios Justos, más caros que éstos, como «condición para poder llevar los productos a precios subsidiados».

En el mes de mayo, los días 22 y 23, la Secretaría de Comercio ya había detectado irregularidades en la comercialización de aceite, esa vez con precios que se cobraban por encima de lo acordado. El operativo en esa oportunidad había abarcado a las empresas mayoristas Yaguar, Maxiconsumo, Vital, Makro y Diarco, con el objetivo explícito de controlar el precio y el stock de los aceites que están dentro del fideicomiso aceitero.

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En esa oportunidad, se verificó que los mayoristas vendían el aceite de las marcas incluidas en el fideicomiso a los comercios minoristas a valores muy por encima de los acordados en Precios Justos. Durante las inspecciones, se detectaron sobreprecios en aceites de girasol y mezcla en presentaciones de 1,5 litros y 900 ml que van desde un 41 a un 101 por ciento.

Fuentes oficiales indicaron que tras aquellas inspecciones, «Tombolini se reunió con los abastecedores para ponerlos al tanto de la situación e iniciar una auditoría que demuestre que estas empresas entregaron a precio subsidiado la mercadería que luego se comercializaba a precio vil». Desde el punto de vista de la Secretaría de Comercio, las prácticas de sobreprecios o acopio sobre productos comercializados bajo el régimen del fideicomiso deben considerarse como «presuntas estafas».

Vale recordar que una de las últimas medidas de la Secretaría para expandir el alcance de Precios Justos fue crear la canasta de Precios Justos Barriales, intentando que sobre un listado más reducido de productos (poco más de un centenar), los comercios de barrio pudieran conformar una oferta con precios regulados. Sin embargo, el funcionamiento de esta herramienta quedó trabada en su aplicación por el incumplimiento de los comedrcios mayoristas, según denuncian los comerciantes.

«Estamos aplicando controles cada vez más fuertes sobre la distribución, porque es el eslabón en el que están apareciendo mayores problemas, con un perjuicio directo para los consumidores», indicaron desde la Secretaría de Comercio.

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