Movimientos sociales nucleados en el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y diversas agrupaciones sindicales repudiaron la gestión de Cambiemos y exigieron frenar el ajuste. El Parlamento estuvo totalmente militarizado y nadie fue a respaldar al Gobierno.

La decisión oficial de vallar el Congreso Nacional durante el discurso de Mauricio Macri no sólo no ayudó a disimular el nulo apoyo que tuvo el presidente en las calles, sino que también multiplicó las movilizaciones en contra de su gobierno. Imposibilitados de acercarse a la zona militarizada, los sectores opositores debieron concentrarse en diversos puntos de los alrededores, lo que convirtió al centro de la Ciudad de Buenos Aires en un núcleo de protestas. En la intersección entre las avenidas Belgrano y Entre Ríos se llevó a cabo un acto de organizaciones sindicales, mientras que en el Obelisco los movimientos sociales hicieron una gran “Marcha de las ollas vacías” para rechazar el ajuste. En ambas concentraciones hubo duras críticas a la administración nacional y un deseo unificado: que la alianza Cambiemos deje el poder el 10 de diciembre.

La movilización de las organizaciones territoriales comenzó temprano, cerca de las 9, con la idea de llegar lo más cerca que se pudiera del Congreso para “exigirle al Gobierno respuestas ante la emergencia económica”, pedir un aumento en los salarios generales y rechazar el aumento “impagable” de tarifas. Cuando terminó el discurso de Macri, sin embargo, las agrupaciones tuvieron que replegarse porque no pudieron avanzar debido al fuertísimo operativo policial. Pensaron que podían llegar hasta Avenida de Mayo, pero ni siquiera: apenas media cuadra hicieron del Obelisco cuando los encerraron carros hidrantes que les impidieron el paso, según contaron desde el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL).

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El acto de las organizaciones sindicales comenzó formalmente más tarde, ya que si bien ni los trabajadores y trabajadoras presentes ni sus representantes gremiales lo escucharon, esperaron a que terminara el discurso del mandatario para dar los propios, que estuvieron cargados de críticas a estos últimos tres años y dos meses de gestión. Así, desde las 10 hasta pasado el mediodía no hubo manifestantes escuchando al presidente con auriculares, ni pantallas que mostraran en vivo lo que sucedía al interior del Congreso sino cantos, bombos y arengas, que se mantuvieron hasta la desconcentración. Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria y referente de la Corriente Federal de los Trabajadores, se lo explicó a este diario, en un mano a mano antes de hablar al micrófono: “No escuchamos el discurso porque seguro iba a ser igual al de los últimos tres años. Que la inflación va a bajar, que va a haber pobreza cero y que no le van a quitar nada a los que menos tienen”.

Organizado por la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión (Apops), el acto convocó a distintos sectores del movimiento obrero organizado, entre ellos gremios docentes, de transporte (iba a hablar Pablo Moyano, que finalmente se ausentó) y de salud, entre otros, todos golpeados por el ajuste brutal. Los discursos de los secretarios generales fueron todos en la misma dirección: bregar por que la oposición se una y derrote al gobierno en las urnas en las elecciones de este año. “Tenemos que lograr que a partir de diciembre no haya más un gobierno de derecha y  neoliberal”, expresó Daniel Ricci, cabeza de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (Aduba), al tiempo que la Secretaria General del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines, Graciela Aleña (única oradora mujer), pidió con vehemencia terminar con este “gobierno de oligarcas”.

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A su turno en el escenario, un ovacionado Palazzo criticó duramente a la alianza Cambiemos y definió a Macri como el mandatario “más incapaz de los incapaces de la historia argentina”. “Es verdad que vamos camino a la pobreza cero, porque va a matar a todo el pueblo argentino de hambre”, sentenció, al tiempo que aseguró que en octubre le va a ganar una “unidad de la oposición lo más amplia posible”. Unos minutos más tarde, y como cierre del acto sindical, Leonardo Fabre, titular del gremio que nuclea a los trabajadores de Anses, aseguró que el gobierno actual está “terminado” y que hasta que se vaya hay que darle “una respuesta política y sindical” para que no vuelva más. “Un año más de Macri va a significar la desaparición de 10 mil pyme más y también la ida del país de las grande empresas. Tenemos que estar fuertes para luchar”, consignó. Antes de cerrar, el organizador invitó al ex secretario de comercio Guillermo Moreno, que dijo que “mientras esté Macri, mañana va a ser siempre peor que hoy”.

Además del contraste entre vallas y fuerzas de seguridad y marchas y movilizaciones, otra gran diferencia hoy distanció al gobierno de los sectores de la oposición que recorren la calle. Mientras a Macri le llevó un rato largo intentar defender su gestión con cifras, reproches y promesas, las organizaciones encontraron rápidamente las consignas que eligieron llevar como bandera.

En la marcha en el Obelisco hubo un pasacalle gigante que decía “Aumento general del salario”, mientras que en el acto gremial fueron un poquito menos elocuentes… Bien alto, colgado justo encima del escenario al que le dio todo el tiempo el sol, se leyó un trapo gigante con una sola frase: “Macri Chau”.

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