Con programas como Siempre Betty, Las siete lunas y La burbuja se convirtió en uno de los grandes nombres del medio. También trabajó en televisión y publicó un libro de entrevistas. Por un cáncer de pulmón, había dejado sus labores en 2015.

La locutora y periodista Betty Elizalde, una de las voces femeninas icónicas de la radiofonía argentina, falleció hoy luego de padecer durante tres años un cáncer de pulmón. Tenía 78 años y había sido protagonista de recordados programas de radio como Siempre Betty, Las siete lunas y La burbuja; también de programas de televisión que marcaron época como 60 minutos, por la entonces ATC, el primer magazine informativo que se planteó en horario vespertino. Su colega y compañero de trabajo José Luis Zorzi fue quien dio a conocer la noticia a través de Twitter: “Con mucho dolor les cuento que nos dejó nuestra querida amiga, maestra, compañera de muchas horas y días de radio. Buen viaje. Gracias por enseñarnos un camino y vivir la radio como una actitud de vida”, escribió en la red social. La locutora estaba internada en el Sanatorio Otamendi y había abandonado su trabajo radial en 2015.

Beatriz Deolinda Bistagnino (tal su nombre verdadero) había nacido el 4 de enero de 1940 y con solo 18 años había comenzado su carrera profesional. Se anotó en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica contra la oposición absoluta de toda su familia (que consideraba que ser locutora era ser “poco menos que prostituta”, según ella narraba). Contaba también que una participación casual en un auditorio de radio, en un programa de preguntas y respuestas, a sus 15 años, la había dado la certeza de que quería estar allí por siempre. “Creo que nací dentro de la radio”, había concluido en una entrevista, al repasar su carrera. Y para hablar de lo que significaba este medio en su vida, decía: “La radio es como el aire que respiro. Aunque mi vida privada sea interesante y siga haciendo otras actividades, cuando me quedo a solas pienso: ‘¿Qué hago con todo esto?’. Porque lo lindo es poder comunicarlo. Me cuesta mucho la vida de relación fuera de la radio”, reconocía.

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Habiendo ganado un lugar como conductora femenina en la radio, unos años atrás, aun antes del avance del movimiento de mujeres, podía encabezar la crítica de género: “A veces pienso que las mujeres hemos involucionado en la radio. Hay una degradación de las mujeres que es alarmante. Los conductores, en su mayoría, viven colocando a su locutora en el lugar de gatita, conejita… Esto es así: hora, temperatura, humedad, email, y los chistes sobre su sexualidad e identidad sexual. Y ni siquiera mencionan su nombre. A lo sumo algún diminutivo”, observaba.

Ciclos como Siempre Betty se mantuvieron durante casi dos décadas, pasando por distintas frecuencias (“a esta altura puedo decir que he trabajado en todas las emisoras”, había dicho en una entrevista, repasando el periplo). Allí Elizalde entablaba charlas con figuras invitadas de distintos ámbitos, dedicaba un tiempo también a la literatura, la poesía o el cine. “El programa es un encuentro con otra persona, no solo con el que escucha. Entretener no es entrar en una cosa chabacana, estúpida y ligera. Me permito decir que de un tema no conozco o reconocer que me equivoco. Pero tengo muy buen enganche con la gente. Hay personas que son medio herméticas y vienen prevenidas; cuando se van, me besan y me abrazan por lo bien que la pasaron”, contaba.

En los ‘70 Elizalde protagonizó otros éxitos radiales como El buen día, por Del Plata; La burbuja, por  Belgrano; Las siete lunas, por  Continental (un ciclo nocturno que fue furor en aquella década); Y a mí… ¿por qué me escucha?, por Splendid. También fue parte de programas que quedaron en la historia radial argentina como Adán y yo, La gallina verde y El buen día. En televisión participó en 60 minutos por ATC, aquel programa que conducían José Gómez Fuentes y Silvia Fernández Barrios (en el que también estaban Lucho Avilés, Fernando Bravo, entre otros) y que quedó para siempre asociado a la guerra de Malvinas (llegando a alcanzar los 44 puntos de rating en esa época). También fue una de las conductoras de De 7 a 8, la primera experiencia de emitir en simultáneo un programa radial (en este caso, por Radio Belgrano) y transmitirlo luego por televisión (por Canal 9). Los más añosos recuerdan el pegadizo jingle de aquel programa que tenía otros conductores como César Mascetti, Silvio Huberman y Franco Salomone: “De 7 a 8 estamos aquí, con la actualidad… De 7 a 8 las noticias que le importan a usted…”. Ese programa también tuvo una fuerte audiencia en 1982, en momentos en que los televidentes y radioescuchas seguían los sucesos de la guerra de Malvinas.

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Fanática de River, Betty Elizalde recibió un regalo especial antes de la fallida final de la Copa Libertadores entre River y Boca. Los jugadores de su equipo le mandaron una camiseta y un video que le grabaron especialmente: “Te mandamos mucha fuerza. Estamos con vos apoyándote en todo momento”, le dijeron allí. Ella agradeció emocionada desde el sanatorio.

Escribió el libro Perfiles, editado en 1999, con entrevistas que realizó  a personalidades de la cultura y la política nacional e internacional. Ganó premios como el Martín Fierro (en dos oportunidades), el Konex y la Cruz de Plata Esquiú. Y, sobre todo, ganó un lugar en el aire de radio, con nombre propio.

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