Angela Merkel y Emmanuel Macron, jefes de Estado de Alemania y Francia, respectivamente, le dijeron al premier ruso Vladimir Putin este jueves que quieren reunirse con él y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan para calmar la crisis en Siria, en medio de la creciente tensión en el noroeste del país.

La canciller alemana y el presidente francés “expresaron su voluntad de reunirse con el presidente Putin y el presidente turco Erdogan para encontrar una solución política a la crisis”, señaló la oficina de Merkel.

Durante la conversación telefónica que mantuvieron los tres mandatarios, Merkel y Macron expresaron su “preocupación por la catástrofe humanitaria para los residentes de la provincia de Idlib de Siria” y en esa línea, “pidieron el fin inmediato de los combates y el acceso humanitario sin restricciones a las personas necesitadas”, indicó el gobierno alemán.

Esta comunicación tuvo lugar un día después de que Rusia se opusiera a que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara una declaración que habría pedido un alto el fuego en Idlib, después de una tensa reunión a puertas cerradas.

“Dos de nuestros hermanos de armas cayeron como mártires y cinco fueron heridos en un ataque aéreo en la región de Idlib”, declaró el ministerio de Defensa turco en un comunicado, añadiendo que Ankara había replicado con bombardeos.

El ministerio no precisó quién había llevado a cabo el ataque, pero el director de Comunicaciones de la presidencia turca, Fahrettin Altun, acusó inmediatamente al régimen de Bashar Al Assad de ser el autor.

Turquía aseguró que en los ataques de réplica mataron a unos cincuenta soldados sirios en posiciones del régimen, pero ningún balance independiente pudo ser establecido.

“No tenemos la intención de enfrentarnos a Rusia”, declaró horas más tarde el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, tras este incidente que podría tensar todavía más las relaciones en la región de Idlib entre las fuerzas turcas y las del régimen de Damasco, apoyadas por Moscú.

En este contexto, ACNUR instó este jueves a Turquía a abrir su frontera para permitir el ingreso de desplazados sirios provenientes de Idlib y Alepo. Pero Ankara se resiste ya que tiene unos 3,7 millones de sirios en su territorio.

De acuerdo a datos aportados por la ONU, ya son más de 900.000 las personas que huyeron de la escalada de violencia en el noroeste de Siria, país que lleva casi nueve años de guerra civil. Desde que estalló la guerra en 2011, el país nunca ha visto tanta gente desplazada en tan poco tiempo.

En estos nueve años, millones de civiles han huido de sus hogares y más de 380.000 han sido asesinados.

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