El Fondo Monetario Internacional puso el foco en la expansión del mercado monetario virtual

Más de 1.000 millones de personas en el mundo tienen una cuenta virtual registrada para poder manejar dinero desde su teléfono celular y que existen numerosas iniciativas del sector público para potenciar su uso.

El impacto de la crisis sanitaria no sólo provocó importantes desequilibrios para las economías. También aceleró tendencias como la digitalización de muchas actividades humanas. Tareas como estudiar, trabajar o hacer compras posiblemente no volverán a ser como eran hasta comienzos de 2020. Los cambios estructurales continuarán una vez superada la pandemia y será necesario encontrar nuevas formas de coordinar las sociedades. Los organismos internacionales y los centros de estudio global comienzan a intentar medir estas transformaciones.

La semana pasada una de las publicaciones que generó mayores repercusiones en esta dirección fue del Fondo Monetario Internacional. Se realizó un análisis extenso sobre uno de los principales focos de las transformaciones para los próximos años: la digitalización del dinero.

El FMI planteó que existe una revolución del dinero digital, que su uso se potenció en forma exponencial a partir de la pandemia y que la velocidad de las transformaciones debe aprovecharse para generar beneficios y externalidades. Pero al mismo tiempo plantea riesgos a nivel de cada país y para el conjunto de la arquitectura financiera internacional.

Expansión extraordinaria de la digitalización del dinero

En el documento se menciona que más de 1000 millones de personas en el mundo tienen una cuenta virtual registrada para poder manejar dinero desde su teléfono celular y que existen numerosas iniciativas del sector público para potenciar su uso. Por ejemplo el proyecto Aadhaar de la India que busca a través de la identificación biométrica facilitar el acceso y la automatización de las transacciones y los pagos digitales.

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Para tomar una dimensión de este programa puede precisarse que Aadhaar registró a alrededor de 1.300 millones de habitantes de la India llegando a más del 90 por ciento de la población. Se pretende mejorar el alcance de las transferencias sociales y permitir en los próximos años usar servicios financieros a través de estas identificaciones. La idea de pagar, de cobrar o de hacer una transferencia simplemente apoyando el dedo o mostrando el ojo puede sonar impactante pero parece una tendencia irreversible para el futuro del dinero.

El Fondo Monetario analizó con detalle distintos modelos de desarrollo del dinero digital. Por un lado se concentró en revisar el avance de las monedas digitales del sector público como el yuan digital. Consideró que casi 110 países analizan proyectos de este estilo. La principal apuesta es conseguir una red segura, barata e interoperable que complemente el uso de efectivo pero con otros criterios de anonimato para evitar las transacciones ilegales.

¿Qué son los criptoactivos?

Por otro lado destacó el protagonismo que lograron los proyectos privados enfocados en digitalizar el dinero. El documento asegura que hace dos años parecía irracional pensar en las stablecoins como un esquema de pago masivo y escalable. Sin embargo los últimos meses demostraron que esta lectura subestimaba la capacidad de expansión de estos proyectos.

En el último semestre las monedas digitales respaldadas con algún activo como el dólar lograron triplicar su volumen de 25 a 75 mil millones de dólares y la adopción es global. El planteo es similar con el resto de las criptomonedas. Según el FMI, el uso de los criptoactivos para distintas transferencias parece hacer crecido al punto de generar interés en grandes empresas como Visa y Mastercard que pretenden aceptarlas y procesarlas dentro de su red.

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Todavía falta ver el impacto de otros proyectos por lanzarse como Diem de Facebook. La revolución del dinero digital es una realidad y el Fondo plantea que la responsabilidad de los países es guiar en lugar de dejarse guiar por estas transformaciones tecnológicas.

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